Prueba: Volkswagen Golf 1.5 eTSI Life
El Volkswagen Golf es uno de los iconos de la automoción moderna, una de las referencias históricas entre los compactos y uno de los modelos más vendidos de la marca a lo largo de su historia. Desde 1974 (año de su nacimiento) han ido sucediendo diferentes generaciones que han evolucionado con los tiempos; algunas más deseadas que otras, algunas más icónicas que otras, pero que han supuesto siempre un punto de referencia en su segmento, convirtiéndose en todo un mito automovilístico. Todo el mundo sabe qué coche es y todo el mundo ha oído hablar del Golf.
Hoy probamos la esperada octava generación, que utiliza la misma plataforma MQB que el Golf 7, pero que cambia de una manera sustancial tanto por sus trazos como, sobre todo, en su interior, incorporando nuevos diseños y nuevas tecnologías que siguen o reinventan la corriente digital que estamos viviendo en la actualidad.
También probamos una de las versiones más apetecibles y que supondrán un pico importante de las ventas de este modelo, puesto que el objeto de nuestra prueba dinámica de hoy es el denominado eTSI con 150cv y etiqueta ECO, que monta un sistema de hibridación ligera y que hará que ahorremos un poco más de combustible en nuestros trayectos diarios, además de emitir menos contaminantes a la atmósfera. De todas formas, además de las versiones Mild Hybrid (habrá más modelos), contaremos con motores gasolina y diésel convencionales, híbridos enchufables y una versión GNC, que ya disponíamos en la anterior generación.
Pero empezaremos hablando de sus cambios exteriores que no son excesivos, se sigue reconociendo como un auténtico Golf, pero sí que son reseñables y uno de los factores que distinguen sin duda a la octava generación del compacto alemán.
Los cambios de imagen más sustanciales los observamos en el frontal, más afilado que en la generación precedente y con una imagen un tanto más actual y tecnológica. Lo que más nos llama la atención y marcan la diferencia, son los nuevos faros de tipo LED e inteligentes, con una iluminación impresionante en todo momento y unidos, virtualmente entre si, por una pequeña lama en negro piano, con un perfil cromado y el gran logo de la marca en el centro.
El paragolpes también nos aporta una imagen diferenciadora, con apliques en los laterales del mismo color que la carrocería y que nos evocan sensación de movimiento aún con el coche parado. Con esta nueva generación se huye de las grandes parrillas delanteras y nos da un aspecto visual más minimalista y limpio, algo que, como veremos más adelante, se trasladará también al interior del habitáculo.
Su vista lateral tampoco cambia en exceso, si exceptuamos una zona frontal más afilada. El diseño es bastante similar a lo que ya conocíamos, con 4,28 metros de longitud y trazos rectilíneos, con una ligera nota ascendente y un pequeño alerón sobre la luneta posterior que le da continuidad al techo. Las llantas son de 16" con neumáticos de baja fricción, que con el sistema de hibridación ligera, ayudan a que los consumos sean un poco más ajustados.
La zaga es, probablemente, lo que menos haya cambiado de su imagen, con excepción de algunas pinceladas aquí o allá o nuevos pilotos reestilizados de LED, pero muy característicos. No cuenta con salidas de escape, por lo que podríamos pensar que estamos ante una unidad eléctrica pura, pero no es así, ya que la salida de escape se sitúa por debajo del vehículo en una zona no visible, así que nos quedaría una imagen trasera bastante limpia. En esta ocasión, la nomenclatura Golf se encuentra con letras cromadas debajo del logo de la marca en el centro del portón del maletero.
Lo abrimos y nos encontramos una capacidad de 380 litros, con un espacio muy aprovechable y diáfano, dentro de la media que se suele estilar en esta categoría. He de decir que, a pesar de estar perfectamente tapizado y cubierto, algunos acabados plásticos menos visibles dejan un poco que desear y son bastante impropios de un compacto de esta categoría. Pero como he dicho, están en zonas poco visibles, así que en términos generales, disponemos de un maletero loable y bien rematado.
Pasamos a las plazas posteriores y observamos que el acceso no es del todo perfecto, ya que deberemos inclinarnos un poco más de la cuenta si no queremos darnos un pequeño "coscorrón" al montarnos. Eso está condicionado por una ligera reducción en altura respecto a la generación precedente ya que el Golf 8 es un poco más bajo, concretamente 3,8 cm. Una vez dentro, percibimos un buen espacio vital para personas con una envergadura y un tamaño considerables. Por altura, se podrán acomodar perfectamente adultos de hasta 1,85 o 1,90 metros sin problema y dispondrán de un buen espacio para las piernas. Entre los dos asientos delanteros, veremos un selector de temperatura para esas plazas correspondiente al climatizador, que en este caso es trizona.
Delante nos reciben unos asientos correctos, cómodos y con una sujeción suficiente. Por un pequeño sobreprecio, podemos adquirir unos asientos un poco más deportivos. Encontramos la posición correcta muy fácilmente gracias a sus múltiples reglajes tanto de los asientos como del volante.
Ante nosotros, vemos uno de los mayores cambios de la nueva generación del Golf; su cuadro de mandos. Siguiendo la tónica actual y las nuevas corrientes digitales, se nos presenta un salpicadero minimalista, en donde la ausencia de botones físicos es la nota predominante y la digitalización de todos los elementos de control adquieren un papel protagonista.
Tras el volante multifunción, con un tamaño perfecto y desde donde podremos actuar sobre diferentes elementos de control y de equipamiento del vehículo, tenemos una información digital proyectada sobre una pantalla de 10,25 pulgadas y plenamente configurable, sobre la que podremos interactuar para que nos ofrezca la información pertinente y deseada en todo momento. Su visión es muy buena y no tendremos problema de ningún tipo con las posibles incidencias de los rayos solares.
En condiciones normales, los dos relojes correspondientes a las revoluciones y a la velocidad, con el ordenador de a bordo en el centro de los mismos, se nos mostrarán por defecto, aunque desde el volante podremos cambiar la visión y obtener la información deseada en ese momento con unos gráficos impresionantes y multitud de opciones a elegir. De hecho; en esa pantalla digital podremos ver hasta la información del navegador a tiempo real. La información que nos puede llegar a ofrecer es realmente abrumadora, pero nos acostumbraremos rápido y sabremos en todo momento donde está lo que queremos consultar.
Como es una unidad con sistema de hibridación ligera, no disponemos de enchufes ni nada por el estilo, sino que existe un pequeño motor eléctrico que nos ayudará en momentos puntuales, al arrancar o en aceleración y mantendrá a los sistemas de equipamiento encendidos mientras el vehículo funcione "a vela" o con el motor apagado. Sí, habéis leído correctamente; con el motor apagado.
Sobre todo en ciudad, yendo a baja velocidad, observamos cómo las revoluciones, directamente, no existían durante unos segundos y después se volvían a reactivar, aprovechando la inercia del vehículo en movimiento. Son acciones que se nos presentan imperceptibles y la transición entre el motor eléctrico y el de combustión es realmente precisa, sin que los usuarios nos demos cuenta de nada. Eso nos ayuda a contener un poco más los consumos, sobre todo en áreas metropolitanas, que es donde un vehículo consume y contamina más. En carretera abierta no observamos ningún tipo de acción de la ayuda eléctrica, tan sólo en adelantamientos o aceleraciones, que ayuda un poco al motor de combustión.
En el centro de la consola, tenemos una gran pantalla del equipo de infoocio en donde, además de obtener toda la información necesaria e inherente a nuestra conducción, podemos visionar las imágenes del navegador, cualquier aplicación que tengamos por medio de nuestro smartphone con la función Mirror Link, ya que es compatible con Apple Car Play y Android Auto o la cámara de ayuda al aparcamiento trasero, en el caso de que la montemos (que no era el nuestro).
Es una gran pantalla táctil de 10", cuya visión es muy buena y la transición entre los menús es fluida, aunque bajo mi punto de vista, es bastante complicado moverse entre ellos y el sistema se nos antoja un poco menos lógico de lo que debiera. Tampoco existen mando físicos para, por ejemplo, el sistema de climatización, ya que, como os habíamos indicado, el Golf de octava generación es totalmente digital y eso nos deja un salpicadero muy limpio y libre de botones y artificios. Todo, o casi todo, se controla y se activa desde esa pantalla, lo cual, nos parece muy moderno, pero poco intuitivo. Funciona a la perfección, pero necesitaremos un periodo de adaptación.
Por su parte, nos llamó la atención que hasta los mandos que regulan el volumen del equipo de audio, están en el perfil inferior de la pantalla y son táctiles. Con deslizar el dedo, subimos y bajamos el volumen, al igual que podemos variar la temperatura del climatizador de una forma simplificada por medio de dos botones situados en el mismo lugar. Eso es más práctico y están al alcance de nuestra mano, pero sigo insistiendo que igual se han pasado de minimalistas...
Debajo nos encontramos con cuatro pequeños botones físicos englobados en un grupo. Corresponden a la activación de los diferentes asistentes de seguridad en nuestra conducción, activación de los sensores de aparcamiento, un botón para que nos muestre el climatizador en la pantalla central y un botón por el que podremos seleccionar los diferentes modos de conducción de los que disponemos: ECO, Comfort, Sport e Individual.
Entre los dos asientos vemos en tono metálico un botón de arranque, el freno de mano por botón, el sistema de desconexión de la ayuda de arranque en pendientes..., ¿y el selector del cambio?. Pues sí, la nueva generación del Golf con cambio automático DSG de doble embrague y 7 relaciones, lleva un simple selector del cambio muy pequeño y con forma de mechero para seleccionar las diferentes acciones que queramos realizar, muy similar a lo que nos podemos encontrar en la nueva generación del Porsche 911. Es muy simple de usar y, si de todas formas no queremos que el cambio automático, con un funcionamiento delicioso y unas inserciones de marchas correctas maneje "nuestras vidas", tenemos la opción de actuar sobre él por medio de unas levas pequeñas situadas en el volante.
Actuaremos sobre una mecánica muy poderosa, a pesar de que con un 1.5 no pueda parecerlo. No obstante estamos hablando de un motor con 150cv y 250 Nm de par máximo, con el que podremos alcanzar una velocidad máxima muy considerable de 225 Km/h, una aceleración de 0-100 Km/h en 8,5 segundos y unos ajustados consumos de 5,7 l/100 Km en ciclo mixto.
La verdad es que es una mecánica muy acertada; silenciosa, potente, activa y frugal. El "peso" de todo el movimiento del conjunto recae siempre sobre el motor térmico, pero esa pequeña ayuda eléctrica en aceleraciones, en ciudad y demás; está claro que hace de este modelo un vehículo muy eficiente y a la vez, prestacional.
Existen varios acabados diferentes para la nueva generación del Golf 8, y más que irán llegando, todos con un equipo de serie completo, al que diferencian pequeños matices. Nosotros probamos la versión Life, una de las que da acceso a la gama y ya teníamos a nuestra disposición un equipamiento de bandera con climatizador trizona, asistente de arranque en pendiente, control de velocidad de crucero adaptativo, volante multifunción con levas, ordenador de a bordo, instrumentación digital con pantalla de 10,25 pulgadas, equipo de infoocio con pantalla táctil de 10", alerta de vehículo en ángulo muerto, sensores de lluvia y luces, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, 4 modos de conducción, llantas de 16", luces LED inteligentes, asistente de cambio de carril involuntario y mantenimiento de carril, lector de señales de tráfico, control de presión de neumáticos, detector de fatiga, llamada de emergencia, arranque sin llave, iluminación ambiental o Start/Stop de serie, entre otros muchos elementos.
Nos ponemos en marcha. La dirección es directa y comunicativa y percibimos la ayuda eléctrica en las aceleraciones más intensas, convirtiéndose así en un conjunto bastante prestacional y ágil, sobre todo en ciudad, en donde tendremos pocos rivales a las salidas de los semáforos. La transición entre la asistencia eléctrica y el motor de combustión es totalmente imperceptible, lo que junto a un vehículo muy bien insonorizado, nos procura una conducción muy agradable en todo momento.
El esquema de suspensiones es de tarado blando. Absorbe muy bien las imperfecciones del asfalto pero también contiene muy bien las posibles derivas del conjunto. De hecho, el eje trasero nos acompaña en los virajes más cerrados para acabar de redondear la curva, convirtiendo al nuevo Golf en un conjunto muy dócil y predecible, con unas reacciones ágiles en los cambios de dirección acusados o continuados.
Por su parte, eso nos favorece cuando queremos realizar una conducción dinámica, ya que se comporta siempre de una manera muy noble y el tandem motor-transmisión, unido a una dirección directa y un buen esquema de suspensiones; da como resultado un conjunto muy neutro en reacciones.
Pero hay algo que no nos ha gustado mucho, ya que si hacemos una conducción dinámica con esta unidad en concreto, nos podemos llevar una sorpresa. A pesar de que globalmente en nuevo Golf se comporta de una manera muy interactiva y previsible, su chasis MQB es de lo mejorcito del Grupo Volkswagen y pueda completarse como uno de los mejores compactos del momento; los neumáticos de baja fricción que monta y que están destinados a que el coche consuma un tanto menos, provocan que el conjunto se vaya de morro y no agarre lo suficiente si tenemos una conducción agresiva o nos toca esquivar algún imprevisto.
No hay que preocuparse, ya que los infinitos sistemas de seguridad y control que monta el coche, disipan mucho cualquier connato de peligro que podamos tener y nos frena y orienta para que no suframos ningún daño, pero es un dato a tener en cuenta si lo que buscamos en un vehículo dinámico con el que poder afrontar con "alegría" un puerto de montaña.
Las versiones más convencionales, con neumáticos más convencionales o la futura versión GTI, no dudamos que harán que se nos caiga la baba al conducirlos porque hay que reconocer que la base es muy buena. Pero concretamente esta versión, es muy poderosa, gasta poco, pero está más preparada para proporcionarnos un gran placer de conducción en trayectos largos y con buen asfalto.
Definitivamente, con el Golf de octava generación han vuelto a rizar el rizo. No cambia en exceso a nivel visual, pero en el interior nos encontramos con algo totalmente nuevo, en el que la tecnología ha relegado a un segundo plano (o tercero) a todo lo analógico, el minimalismo se ha abierto paso respecto a lo superfluo y recargado y la conducción del futuro, para los conductores del futuro, da un paso más firme.
Nuestra versión es muy atractiva en el ámbito de eficiencia y prestaciones puras, además de proporcionarnos unas gratas sensaciones de conducción y un nivel de seguridad muy "top". Es un conjunto muy agradable de conducir y muy confortable en términos generales, con un motor silencioso y poderoso, unas suspensiones cómodas, una dirección directa y comunicativa y un gran chasis, con el que podremos hacer nuestros "pinitos" en conducción dinámica pero sin excesos.
Todo es táctil, digital y visual, además de obtener un nivel de conectividad importante, algo que gustará a las nuevas generaciones, pero que echará "para atrás" a los históricos seguidores de uno de los compactos más icónicos de la actualidad. Veremos cómo se va comportando en el mercado pero si hay una afirmación muy cierta es que, sea como sea, un Golf siempre es un Golf.
Datos técnicos:
Motor: 1.5 TSI Mild Hybrid
Potencia: 150cv
Vel Máx: 225 Km/h
Acel 0-100: 8,5 seg
Cons: 5,7 l/100Km
Precio: Desde 31.850 euros (Versión probada)
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