Prueba: Audi Q3 Sportback 35 TDI S-Line
El nuevo Audi Q3 sorprende por sus buenas formas, una polivalencia sin parangón, una imagen muy atractiva, una gama mecánica muy apropiada para todos los gustos y una tecnología aplicada al mundo del automóvil de última generación. Pero ahora nos llega una nueva carrocería, aprovechando el "boom" de este tipo de configuraciones, con un marcado aspecto coupé, un ademán más dinámico y sin perder (apenas) ninguna de las virtudes de su hermano Q3 convencional. Hoy probamos el atractivo Audi Q3 Sportback.
Básicamente, la diferencia más evidente con respecto a un Q3 convencional, la tenemos en su zaga más achatada y con ese aspecto coupeizado que nos aporta ese carácter más dinámico, aunque también nos aporta de serie una suspensión más deportiva y una dirección específica que no encontraremos en un Q3 "normal" si no es con sobreprecio.
El diseño es uno de sus valores añadidos más atractivos y se suma a la tendencia natural que están tomando el resto de las marcas en este segmento tan popular. La verdad es que los SUV con carrocerías coupé se están poniendo muy de moda y, obviamente, Audi no quería dejar pasar esta oportunidad coupeizando a uno de sus modelos más demandados y exitosos, que hace bien poco ha sido renovado.
Con 4,5 metros de longitud, es uno de los actores premium tradicionales del segmento más demandado que es el de los SUV de tamaño medio. Con esta carrocería de estilo coupé, el Audi Q3 Sportback convencerá a todos aquellos clientes que quieran un vehículo con estas características, pero que aún se resisten a "bajar los brazos" en materia de placer de conducción e imagen.
La vista frontal de este atractivo modelo se mantiene, casi, inalterada respecto a su hermano convencional, aunque sí que recibe una nueva parrilla más agresiva con la que lo podemos diferenciar de una manera, más o menos, clara. Mantiene la famosa parrilla denominada "Singleframe", muy grande y con los cuatro aros en una posición destacada, aunque adquiere un tono más deportivo con forma de panal de abeja y acabado en negro con contrastes y detalles cromados en toda la rejilla. Esa parrilla está perfilada con acabado gris.
También es un tanto diferente el parachoques, que tiene nuevo diseño y en el que destacan una especie de toberas laterales, con cierta función aerodinámica, por medio de un perfil en tono gris, al igual que el perfil de la parrilla y que sustituye al acabado cromado que encontramos en los Q3 más clásicos. No cambian el diseño de los faros delanteros de tecnología LED inteligentes ni el capó delantero.
En la visión lateral es donde vemos ya cuantiosas diferencias. De primeras, observamos una carrocería que, aún siendo un poco más elevada, está más cerca del suelo que la del SUV del que parte, probablemente condicionada por esas nuevas suspensiones más deportivas. Obviamente, también encontramos diferencias desde el pilar B hacia atrás, ya que observamos una caída del techo pronunciada que es la esencia del diseño coupé que nos quieren trasladar, pero que también nos condicionará a la hora de acceder a las plazas posteriores. Rematan esa visión unas llantas de aleación de 19 pulgadas, que visten unos neumáticos especialmente orientados al asfalto y unas líneas de diseño más tensas y que enfatizan y remarcan los pasos de rueda.
Ya en la zaga, observamos ese carácter dinámico del que os llevo hablando desde el principio y que hace mucho más atractivo al Audi Q3 en si. Cuenta con una inclinación del portón muy pronunciada y una elaboración mayor, ya que dispone de ciertos pliegues con los que no cuenta la versión tradicional y que se asemejan a una especie de alerón posterior natural que le aporta mucha más personalidad a esta vista.
Los faros, de tecnología LED y con los intermitentes dinámicos son los mismos del Q3 del que deriva, aunque con esta carrocería parece que lucen mucho más. La luneta trasera es más pequeña, debido a su mayor inclinación y está flanqueada por apliques aerodinámicos en los laterales y por un atractivo alerón en su parte superior, que le da cierta continuidad a la pronunciada caída del techo y suma un mayor dinamismo al conjunto.
El paragolpes también es de nuevo diseño y dispone de esos ademanes deportivos que deben caracterizar a una carrocería como esta, con apliques a imagen y semejanza de los que podemos observar en la parte delantera y, una especie de difusor central para canalizar el flujo del aire en altas velocidades, un elemento que, sin lugar a dudas, acentúa el carácter dinámico que nos pretenden trasladar con esta carrocería, aunque realmente no es un deportivo al uso, así que cumplirá con su objetivo pero realmente tendrá más de aditamento decorativo que de elemento extremadamente necesario y funcional.
Abrimos el maletero, de apertura eléctrica, y nos encontramos con un espacio de carga diáfano de 530 litros de capacidad y sendos huecos portaobjetos en los laterales. Es un maletero muy capaz, con la misma capacidad que la versión convencional del Q3 y uno de los más grandes de su categoría, a pesar de su zaga prolongada y con esa zona en formato coupé. Eso sí, la boca de carga se nos antoja un poco elevada, aunque es justo decir que es bastante amplia.
Cuando nos encontraremos con algún problema será en el momento de acceder a las plazas traseras, ya que esa pronunciada caída del techo desde el pilar B hacia la zaga, nos ofrecerá algún tipo de problema en cuanto a altura. Yo no tengo ningún problema a la hora de montarme debido a mi estatura estandarizada, pero los más altos sí que tendrán que tener más precaución para no golpearse la cabeza al entrar. Una vez acomodados en su interior, observamos que tiene un techo más bajo que la edición convencional, pero personas de hasta 1,80 metros de altura no tendrán mucho problema para poder encontrarse a gusto, ni por anchura ni por espacio para las rodillas. Eso sí, la altura respecto a nuestras cabezas siempre será una eventualidad para ellos.
En las plazas delanteras, nos encontramos con unos asientos cómodos, que nos ofrecen una buena sujeción lateral y están tapizados en un formato mixto entre tela y tejido Alcantara, lo que le da un toque muy especial y muy premium. También nos encontraremos este tejido en varios paneles que conforman el interior, como en los asideros de las puertas o algunas zonas vistas del cuadro de mandos. La calidad percibida en todo momento es de primer orden y los materiales utilizados son de primeras calidades, además de tener un buen tacto y muy buenos ajustes generales.
En la capilla de relojes vemos cómo el formato digital Virtual Cockpit se está generalizando en todos los modelos de la firma de los cuatro aros y nos presenta una visión muy atractiva de la información más relevante a la hora de conducir. Podemos elegir qué tipo de información queremos que prevalezca en nuestra instrumentación y la vista que obtenemos es realmente atractiva, muy clara y muy completa. Nuestro caso montaba la pantalla más grande de 12,3 pulgadas y sobre la que podíamos configurar más cosas. La pantalla más básica, dispone de un cuadro de instrumentación digital, pero con una pantalla de 10,25 pulgadas y con menos capacidad de configuración.
El volante multifución nos facilita también la tarea de actuar sobre los diferentes elementos de equipamiento que montemos en nuestro Q3 Sportback y que usemos con una mayor asiduidad sin la necesidad de soltar las manos. Por su parte, no me gusta la situación del mando del control de velocidad de crucero adaptativo, que es una palanca que parte de la columna de dirección, que utilizan en prácticamente todos los modelos de la marca, pero que considero que sería más cómodo si viniera insertado por medio de botones en el volante.
Si nos detenemos en la consola central, en una posición de privilegio, disponemos de la pantalla táctil del equipo de infoocio. Desde ahí podremos visionar los diferentes sistemas e informaciones del ordenador de a bordo del vehículo, como por ejemplo, el navegador, el equipo de sonido o las imágenes de las cámaras de ayuda al aparcamiento, que en nuestro caso, contaba con visión 360º. También en nuestro caso, disponíamos de la pantalla más grande de 10,1 pulgadas, aunque desde las terminaciones más básicas, esa pantalla puede ser de 8,8 pulgadas.
Debajo y en forma de teclado, muy cómodo a la hora de usar, tenemos diferentes mandos que activan y desactivan diferentes gadgets entre el que destacamos al Drive Select, de serie en todos los acabados. El Drive Select tiene 6 modalidades a elegir: Comfort, Dynamic, Efficiency, Auto, Offroad e Individual, en donde según lo que elijamos, cambia la actitud del vehículo. También tenemos el botón que nos ayuda a estacionar con el aparcamiento pseudo-autónomo. Más abajo nos encontramos con el botón de arranque, el dial del volumen del equipo de audio y una superficie para cargar nuestro Smartphone de forma inalámbrica bajo el protocolo qi.
Nuestra unidad de pruebas con el acabado S-Line, que cuenta con algún que otro distintivo específico, disponía de un equipo de serie de lo más apetecible, con navegador, climatizador bi-zona, asistente de arranque en pendientes, control de velocidad de crucero adaptativo con limitador, llantas de 19 pulgadas, techo solar abrible eléctricamente, apertura y arranque manos libres, apertura del maletero eléctrica, sensores de aparcamiento delanteros y traseros con cámaras 360º, asistente de aparcamiento pseudo-autónomo, Drive Select, Virtual Cockpit con pantalla de 12,1 pulgadas, equipo de infoocio con pantalla táctil de 10,1 pulgadas, ordenador de a bordo, lector de señales de tráfico, frenada de emergencia con detección de peatones, asistente de cambio involuntario de carril, control de presión de neumáticos, luces LED con asistente inteligente o Start/Stop entre otros muchos elementos.
La mecánica que probamos correspondía al denominado 35 TDI, que es la mecánica de acceso en motorizaciones diésel. Es un motor de 150cv y un par máximo de 340 Nm con un funcionamiento ejemplar y eficiente, si lo que vamos a realizar son muchos kilómetros al año. Estaba asociado al cambio automático de 7 relaciones denominado S-Tronic, que transmitía la potencia al eje delantero. También podemos optar por la tracción total quattro, pero a partir de las motorizaciones más potentes.
Con esta configuración obteníamos unas prestaciones considerables, con 205 Km/h de velocidad punta, una aceleración de 0-100 Km/h en 9,3 segundos y un consumo ponderado de tan solo 6 l/100 Km homologados por la marca, lo que no se diferencia en exceso en una utilización real y convencional.
Es un motor voluntarioso, que no destaca por tener unas aceleraciones fulgurantes, pero con un agradable silencio en el habitáculo en orden de marcha. Percibimos las vibraciones y el sonido normales en este tipo de mecánicas diésel tan solo cuando circulamos a baja velocidad sino, el habitáculo está muy bien aislado del exterior. Es muy apropiado para todos aquellos clientes que viajen mucho y que no necesiten de unas prestaciones contundentes para disfrutar del recorrido.
En cuanto a comportamiento, lo podríamos asemejar a un Q3 normal con las suspensiones deportivas. Su carrocería coupé no difiere en sensaciones con la versión convencional y el esquema de suspensiones que monta de serie, hace que el coche se nos muestre más aplomado en curva y contenga muy bien las posibles derivas del conjunto en los cambios de dirección bruscos. Por su parte, absorbe muy bien las imperfecciones del asfalto, procurándonos un viaje confortable a varios niveles.
Debido a su escasa altura, lo que no es recomendable es someterlo a una conducción muy exigente fuera del asfalto, ya que a pesar de que cuente con un programa específico Offroad en el sistema Drive Mode, es mejor que lo releguemos tan solo a caminos en buen estado y poco más.
La dirección, tiene un calibrado específico de desmultiplicación variable para esta carrocería, pero tampoco nos muestra una mejora notable respecto al Q3 convencional y no lo hace más deportivo (ni menos). Es muy efectiva siempre y varía su dureza a medida que vamos ganando velocidad. En parado es una dirección muy ligera y en marcha se va endureciendo según las circunstancias de conducción.
El nuevo Q3 Sportback añade un punto más de diseño al SUV original, pero no es nada más que eso, un aporte de diseño más dinámico que no mejora las impresionantes características del ya de por si logrado y redondo Audi Q3. Si queréis desmarcaros con una estructura atractiva y necesitáis la versatilidad de un SUV premium como el Q3, la versión Sportback colmará vuestras expectativas. Aunque el diseño ya sabéis que también se paga y la versión coupeizada del Q3 es, unos 3.000 euros más cara que la misma versión en formato convencional.
Pero si de verdad queremos conducir un diseño más agresivo, más atractivo, que acapara todas las miradas y que además incluye ese esquema de suspensiones deportivo de serie, no nos queda más remedio que rascarnos un poquito más el bolsillo. Además, con los aditamentos estéticos S-Line de esta versión, el SUV medio de aspecto coupé parece aún mucho más deportivo. Merece la pena.
Datos técnicos:
Motor: 2.0 TDI
Potencia: 150cv
Vel Máx: 205 Km/h
Acel 0-100: 9, 3 seg
Cons: 6 l/100 Km
Precio: Desde 45.600 Euros (Versión probada)
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