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Prueba: Mitsubishi L200 220 DI-D Kaiteki.




Los todo terreno puros se están convirtiendo y reduciendo paulatinamente al formato pick-up y los mismos, están pasando a ser auténticos vehículos recreacionales y especialmente bien equipados. Son una gran alternativa, muy versátil para los perfiles de cliente más aventureros y ya no solo se limitan a ser vehículos de trabajo y estar considerados para tal menester.


Desde hace poco más de un año, la legislación y la catalogación de este tipo de vehículos se ha liberalizado y ya se puede circular a los mismos límites que lo podemos hacer con cualquier turismo convencional y ese es uno de los motivos por el que los pick-up están adquiriendo unos niveles de ventas nunca antes conocidos.


Los pick-up actuales son especialmente apetecibles porque representan la libertad en su máxima expresión. Son vehículos muy aptos para realizar viajes con un alto grado de confort, con un excepcional espacio de carga, una seguridad y una sensación de seguridad a los mandos superlativa, un gran equipamiento y una versatilidad de uso evidente ya que podremos realizar nuestros pinitos aventureros fuera del asfalto con plenas garantías de éxito y son, casi, imparables sobre cualquier tipo de terreno o circunstancia. Además, representan una buena base de partida para realizar camperizaciones, esa nueva variable que tan de moda se ha puesto en los últimos tiempos...


El caso que nos ocupa hoy cuenta con todas estas ventajas, además de tener un diseño de lo más atractivo, en la línea del resto de la gama Mitsubishi actual, que combina versatilidad, belleza y rudeza a partes iguales. Su frontal dispone, como no podría ser de otra forma, de la parrilla característica de la marca denominada "Dynamic Shield", que además de aportar ese aire familiar y común entre todos los Mitsubishi actuales, también genera un grado muy importante de dinamismo y agresividad. Por supuesto, no podía faltar un panel pintado en diferente color de la carrocería que sirve de protección para los bajos.


Los nuevos pilotos afilados y rasgados de tecnología LED son muy atractivos y se desmarcan de lo común en este tipo de vehículos, con unas formas que nos evocan una modernidad palpable y que anteponen el diseño a la funcionalidad o la practicidad. A ver, no malinterpretéis mis palabras, ya que la visión que nos ofrecen es realmente buena en horas nocturnas y además en nuestro caso, disponíamos del cambio automático entre las luces cortas y largas; simplemente quería resaltar que los diseñadores de la marca han querido diferenciarse del resto con esos faros tan originales y relativamente futuristas.


En su vista lateral, observamos esa carrocería pick-up con doble cabina, en este caso, y orientada a un uso plenamente recreacional. Mitsubishi contempla dos tipos de carrocería para este modelo y diferentes tipos de acabados, según para lo qué esté destinado.


Empezamos con el M Pro que es la terminación básica y está orientada al mundo laboral, con dos carrocerías posibles. El denominado Club Cab tiene una cabina de conducción simple, con dos puertas y una sección posterior que se abre para facilitar la entrada a los ocupantes de las plazas traseras. En este caso dispone de una zona de carga más amplia, longitudinalmente hablando, y con mayor capacidad. Por supuesto, el M Pro tiene la posibilidad de elegirse con doble cabina.


El acabado Motion,bastante bien equipado y el acabado Kaiteki, que es el más equipado de serie y es la terminación del objeto de nuestra prueba de hoy, siempre serán de doble cabina, estarán orientados a un uso más convencional y se diferencian fácilmente porque, en este caso, los paragolpes están pintados del color de la carrocería y disponemos de más perfiles cromados que no existen en la versión M Pro.


La longitud de este imparable pick-up es de 5,3 m, la anchura de 1,8 y la altura de 1,78 metros, por lo que muy urbanita no es... Es tal la magnitud de su carrocería que yo, que tengo una estatura estándar, necesitaba de los asideros colocados en los pilares A y de las estriberas que montaba nuestra unidad de prueba, para poder subirme y bajarme con cierta dignidad. Y es que su gran altura libre respecto al suelo de 20,5 cm nos da muchas pistas de sus enormes capacidades fuera del asfalto, con unas cualidades que muy pocos modelos del mercado actual (que no tengan una cierta orientación militar) pueden superar.


Observamos unos pasos de rueda abultados que remarcan sus aptitudes off road que además albergan unos neumáticos con una clara orientación campera con unas llantas específicas de 18 pulgadas. Tenemos un ángulo de ataque de 30º, un ángulo de salida de 23º, un ángulo ventral de 24º, podremos atravesar "pequeños" pasos de agua con garantías, ya que cuenta con una profundidad de vadeo considerable de 50cm y el mayor grado de inclinación que soporta es de unos impresionantes 45º sin que tengamos la posibilidad de volcar. A partir de esas cotas estaríamos haciendo demasiado el "animal".


La zaga es extremadamente robusta, con unos grandes faros, también con iluminación LED y un portón de acceso a la zona de carga que puede soportar bastante peso una vez abierto. También disponemos de un escalón para poder acceder hasta dentro. Esa zona de carga, estaba protegida, en nuestro caso, con una especie de persiana metálica corredera con cerradura y aspecto muy sólido respecto al uso. Disponemos de una caja de 1,47 m de anchura y 1,85 metros de longitud en donde podemos ubicar nuestros enseres y que puede soportar hasta 1.075 kg de carga máxima. Está perfectamente panelada en plástico y dispone de varios ganchos para fijar la carga, maletas y demás, y que no se muevan durante el viaje.


Rematando esa visión recreacional, nuestra unidad de prueba tenía una barra anti-vuelco de la que, obviamente, no quisimos probar su efectividad, pero que también remata una visión muy atractiva y robusta del impresionante todo terreno japonés.


Sin lugar a dudas, estamos ante el pick-up más atractivo del momento (por lo menos bajo mi punto de vista), pero como siempre dicen que la belleza está en el interior, habrá que comprobarlo. Empezamos con las plazas traseras. Nos encontramos con unas plazas cómodas que nos ofrecen un espacio suficiente a todos los niveles y la posición en la que nos encontramos es bastante erguida, ya que los respaldos están situados de manera muy vertical. Tres adultos viajarán sin problemas en esas plazas, aunque como es de rigor, mejor se pueden acomodar dos ocupantes de la envergadura que sean, ya que no hay problema ni por altura ni por espacio destinado para las piernas. Obviamente al subir también hace falta hacer una pequeño ejercicio de escalada, aunque también disponemos de asideros en los marcos de las puertas que nos ayudaran a completar la tarea.


En el puesto de mando, nos encontramos con un nuevo volante multifunción y salpicadero, con materiales más cuidados y nuevos acolchados repartidos en lugares estratégicos, además de un equipo de serie digno de la berlina más dotada, que favorece el confort general de conductor y acompañantes. Los ajustes generales son bastante buenos y a pesar de tener materiales más vistosos y de mejor calidad, también tienen una gran apariencia y parecen bastante resistentes y sólidos respecto a un uso continuado.


Observamos un cuadro de mandos muy atractivo y funcional, en el que todo nos lo encontramos muy a mano y es muy fácil de interpretar. La postura de conducción es de privilegio, ya no por la altura a la que vamos, sino porque la encontramos con suma facilidad enseguida, gracias a los ajustes eléctricos del asiento del conductor y el ajuste en altura y profundidad de la columna de dirección.


Esos asientos delanteros son muy confortables, son calefactados y tienen una suficiente sujeción lateral, además de estar revestidos en cuero. Aunque todo hay que decirlo, también por ese motivo pueden hacernos deslizar mínimamente en curva. No obstante son especialmente cómodos y acogedores.


La capilla de relojes es convencional y muy sencilla, con la información imprescindible al primer golpe de vista y libre de artificios y efectos digitales. Entre los dos relojes nos encontramos con la información del ordenador de a bordo y de los diferentes sistemas de seguridad con los que cuenta el vehículo. También veremos en qué tipo de tracción estamos circulando.


Es un 4x4 pero podemos elegir (por medio de un selector situado entre los asientos delanteros) cómo queremos circular en según qué circunstancias nos encontremos. En este caso, podemos circular de manera indistinta con tracción trasera o total con un reparto de fuerza del 40/60 entre ambos ejes, algo que no en todos los todo terreno actuales se da y podemos cambiar la tracción en marcha, siempre y cuando circulemos a menos de 100 Km/h.


También tenemos otras dos posiciones denominadas 4HLc y 4LLc, con reductoras. La primera de ellas es la idónea para circular sobre superficies accidentadas o superficies sueltas y la segunda está más indicada para superficies como barro, tierra, nieve profunda o pendientes muy pronunciadas y siempre circulando a baja velocidad. Alrededor de ese selector disponemos de dos botones que modifican la respuesta de la gestión del motor, los sistemas electrónicos y la caja de cambios, ambos novedad en este nueva generación del L200. Uno corresponde al control de descenso de pendientes y con el otro elegimos el modo off road correspondiente entre los programas Gravel, Mud/Snow, Sand o Rock (Grava, Barro o nieve, Arena o Rocas).


En una posición de privilegio disponemos de la pantalla táctil del equipo de infoocio de 8 pulgadas desde la que podremos actual sobre los diferentes gadgets con los que contemos según el equipo de serie que hayamos elegido. Los menús son sencillos y la calidad de imagen correcta, sin llegar a destacar por grafías ni nada de eso. También está bastante expuesta a la incidencia de los rayos del sol.


Ahí podremos visionar, por ejemplo, los datos del navegador, diferentes informaciones del ordenador de a bordo a tiempo real o las imágenes de las cámaras de ayuda al aparcamiento, que en nuestro caso, eran de 360º y disponíamos de aviso de tráfico cruzado trasero, algo que nos ayudará mucho a la hora de aparcar y desaparcar, ya que la envergadura del vehículo y un pequeño despiste nos podría provocar algún que otro problema. No obstante, también es de agradecer que además de las cámaras el coche disponga de sensores que nos indican el peligro de golpear o rallar la carrocería mientras estamos en marcha.


Y es que nuestro acabado Kaiteki, además de adaptar algún que otro aditamento estético con sobreprecio, venía muy bien equipado. Entre otros elementos, teníamos navegador, equipo de infoocio con pantalla táctil de 8 pulgadas, volante multifunción con levas y calefactado, llantas de 18 pulgadas, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, cámaras de ayuda al aparcamiento 360º con detección de trafico cruzado, climatizador bi-zona, asistente de arranque en pendientes, control de descensos, 4 modos de conducción off road, selector de tracción, tapicería de cuero, asientos delanteros calefactados y el del conductor con ajustes eléctricos, alerta de cambio involuntario de carril, apertura y arranque sin llave, detección de vehículo en ángulo muerto, luces led automáticas, sensores de lluvia y luces, frenada de emergencia con detección de peatones o sistema Start/Stop entre otros.


El motor es nuevo respecto a la generación anterior. En esta ocasión tenemos una única mecánica para todas las versiones y es un 2.2 diésel de 150cv que genera un par máximo muy considerable de 400 Nm. Sus prestaciones totales son de 170 Km/h de velocidad máxima y tiene una aceleración de 0-100 Km/h en 13,5 segundos. Sin lugar a dudas hablamos de una mecánica muy orientada a ofrecernos las mejores sensaciones en una conducción off road y la cantidad de par por ello, es bastante considerable. Su consumo ponderado en ciclo mixto no está mal para tener que mover semejante tamaño y peso y se nos queda en unos 9,7 l/100 Km, homologados por la marca.


Está asociado a una caja de cambios automática de 6 relaciones, con un funcionamiento correcto que destaca especialmente por su suavidad en orden de marcha y por su rapidez de respuesta. También tenemos la opción de actuar sobre ella con las levas que hay detrás del volante, pero no estamos hablando de un deportivo así que...


La mecánica tiene una potencia loable para las pretensiones del vehículo y su funcionamiento es muy satisfactorio casi siempre, aunque es justo reconocer que obtenemos ciertas vibraciones cuando circulamos a baja velocidad. Además, estamos hablando que a bajas revoluciones el conjunto se nos muestra un tanto perezoso y no obtenemos el tirón correspondiente hasta que no sobrepasamos las 2.000 rpm.


En trayectos por autovías y carreteras convencionales, el nivel de confort a velocidades correctas es muy alto y la insonorización del interior está bastante bien resuelta. Su sistema de amortiguación es, por otra parte, una de las cosas que tendremos que tener en cuenta para saber y controlar bien las reacciones del conjunto en todo momento.




Delante, su sistema de amortiguación es normal, con suspensiones independientes y cierta firmeza general, pero la trasera mantiene la configuración por ballestas, muy recomendable para los trabajos y esfuerzos más duros pero a la que tendremos que acostumbrarnos. Se nos muestra bastante rebotona y debemos compensar, en alguna ocasión, las diferencias que existen en cuanto a las reacciones de la delantera y la zaga con golpes de volante.


No resulta ningún problema en condiciones generales, pero sí nos podría dar algún susto si decidimos circular de manera ligera por una carretera rota y con curvas. No es un coche para ello. La envergadura, su tamaño, su altura y su peso no nos invitan a explorar su dinamismo en esas circunstancias. De todas formas, es justo decir que la dirección es bastante directa y comunicativa y el sistema de frenos es realmente diligente, a tenor del trabajo que tienen que realizar y al gigante que tienen que detener.


Fuera del asfalto no podemos decir nada malo. Es, simplemente, imparable. Sus diferentes tipos de tracción seleccionables, su sistema de amortiguación, sus diversos modos de conducción off road, su altura libre al suelo y sus capacidades generales, hacen del Mitsubishi L200 un auténtico objeto de deseo para los más intrépidos aventureros.


Sin lugar a dudas, los pick-up son los auténticos todo terreno actuales y también han dejado de ser vehículos de trabajo, para ser una alternativa familiar con múltiples capacidades. El L200 es el último representante de esta estirpe en llegar y será uno de los más demandados.


Ya no hablo solo de sus capacidades camperas, sino que, desde el acabado Motion, cuenta con un equipamiento de bandera, los materiales empleados en su construcción son de talante premium, la habitabilidad es muy buena, el confort en orden de marcha es muy agradable, la insonorización del habitáculo está muy mejorada, el conjunto motor-cambio es muy acertado y la versatilidad de uso que nos ofrece en todo tipo de circunstancias no tiene competencia, además de contar con un diseño muy moderno y atractivo.


Los pick-up están de moda, aunque hay que reconocer que el único medio en el que no se siente especialmente cómodo es en la ciudad, así que ese es el pequeño "talón de Aquiles" del Mitsubishi L200. Pero aunque no sea un vehículo ideal para nuestro día a día, ¿qué me decís como alternativa y propuesta a ser nuestro vehículo familiar?. Me parece una buena opción...


Datos técnicos:

Motor: 2.2 DI-D

Potencia: 150cv

Vel Máx: 170 Km/h

Acel 0-100: 13,5 seg


Cons: 9,7 l/100 Km

Precio: Desde 45.000 Euros (Versión probada)




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