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Prueba: Volkswagen Passat GTE


El Volkswagen Passat siempre ha sido una de las berlinas favoritas en flotas de vehículos, por su prestancia, su polivalencia, su versatilidad y su fiabilidad. Siempre (o casi siempre) hemos relacionado al Passat con sus mecánicas perennes de combustión, generalmente, en formato diésel. Pero hay una versión del Passat muy poco conocida e igual de atractiva, que ya pasó por nuestras manos hace mucho tiempo y que vuelve a "sufrir" con nosotros, pero con mejoras sustanciales, una imagen renovada y ciertas novedades que os iremos desgranando poco a poco.

Esa versión se denomina GTE y nos ofrece una gran deportividad en un formato clásico, a la vez que minimiza su impacto ambiental gracias a su batería que, en esta ocasión, tiene una mayor capacidad y nos ofrece una autonomía 100% eléctrica de 56Km, según la nueva norma WLTP, pero que si nos regimos por la antigua NEDC, alcanzaríamos sin problema una autonomía de 70Km.


Sí amigos; estamos hablando de la versión híbrida enchufable del incombustible Passat, una versión muy interesante, a tenor de lo que nos indican sus cifras de prestaciones o consumos globales. Una solución con la etiqueta ECO de la DGT que no pierde un ápice su condición de berlina, ahora más que nunca, deseada.


No obstante, aunque todo el mundo conoce la imagen y presencia del Passat, comenzaremos por hacer ligeras apreciaciones de su exterior y después nos meteremos con el interior.


Una forma de distinguir la versión híbrida del Passat es, básicamente, mirando su característico frontal. ¿Qué tiene de diferente?. Pues a su magnánima presencia debemos sumar unas luces diurnas en forma de C situadas en el paragolpes y que son una seña inequívoca de que estamos ante una versión electrificada de un producto Volkswagen (el e-Golf y el Golf GTE también tienen una luz diurna similar).


También nos encontraremos con una diferencia sustancial en su característica parrilla, con lamas cromadas, que se fusionan a la perfección con los faros, más afilados y de nuevo diseño, con tecnología LED para las funciones de alumbrado. Es una parrilla muy reconocible que se está popularizando en todos los nuevos modelos de la marca alemana y que nos aporta una visión que mezcla, de forma sublime, lo clásico y lo moderno. En esa característica parrilla nos encontraremos, en un lado, las siglas que dan nombre a este modelo (GTE) y en el otro, camuflados detrás de una tapa que forma parte de esa parrilla, los conectores para enchufar y recargar la batería.


Dispone de dos tipos de conexión, un enchufe convencional, que nos permite recargar la batería desde una toma doméstica en, aproximadamente, algo más de 6 horas y un enchufe de carga rápida con el que podremos recargar la batería en unas 4 horas. Estos enchufes no cambian respecto a lo que ya conocíamos, pero la batería sí que lo ha hecho y ahora es más grande, por lo que los tiempos de recarga se prolongan un poco más que en la edición anterior.


Su visión lateral es la clásica de tres volúmenes con una longitud de 4,78 metros y una distancia entre ejes de 2,78 metros, con unas líneas de tensión neutras y sutiles, que parten desde el distintivo GTE, en la zona posterior de las aletas delanteras y se prolongan hacia la zaga de la berlina. No hay experimentos ni diseños extravagantes. Sólo contiene una línea convencional y distinguida que es más que suficiente para destacar el carácter de este vehículo. Las preciosas llantas son de 18 pulgadas y esconden unas pinzas de freno de color azul, otras pista de que estamos ante una unidad especial y distinta del Passat.


En la zona posterior, nos encontramos con ese tercer volumen condicionado por una tapa de maletero que nos permite un acceso al maletero muy correcto. También destacamos unos pilotos conocidos, aunque también actualizados y reestilizados, de tecnología LED y un paragolpes específico, con terminaciones de aspecto cromado que nos invitan a pensar que son sendas salidas de escape, aunque realmente, son embellecedores. De hecho, los apliques con aspecto cromado recorren todos los bajos de la carrocería y nos evocan una imagen más premium de la clásica berlina alemana.


Abrimos ese maletero y comprobamos que la tapa, con letras (cromadas) que distinguen a este modelo, no pesa, prácticamente nada. Nos descubre un espacio, más o menos, diáfano, con sendos huecos portaobjetos en los laterales y bastante fondo. Tiene una capacidad de 402 litros, algo que para una berlina de estas características puede parecer poco (y en realidad es poco), pero es más que suficiente para ubicar los enseres de cuatro pasajeros sin problema. No hay que olvidar que en esta versión la batería se esconde en la parte inferior y por ese motivo, pierde casi 200 litros respecto a la versión no híbrida del Passat.


En las plazas traseras nos reciben unos asientos cómodos y existe un enorme espacio vital para dos pasajeros, sean de la estatura que sean. Espectacular en espacio para las piernas, bien en anchura y bien respecto a la altura. La plaza central es un poco más estrecha y además tenemos el túnel de transmisión a nuestros pies que es muy intrusivo. No es versión con tracción total, pero supongo que el chasis estará preparado para las versiones 4Motion.


Delante nos encontramos con dos grandes butacas que tienen una suficiente sujeción lateral y que nos proporcionan un gran confort en marcha. El asiento del conductor disponía de ciertos ajustes eléctricos, que nos facilitaban sobremanera la gran posición que nos encontrábamos a los mandos.


Ese cuadro de mandos que teníamos ante nosotros es similar a lo conocido en otros modelos del Passat y la disposición de los pulsadores, botones y palancas es la misma, aunque con salvedades y botones específicos para esta versión.


Desde el volante multifunción, con un cierto toque deportivo y con las siglas GTE en su base, podremos acceder a diferentes parámetros del vehículo que utilizaremos de una manera más habitual sin la necesidad de soltar las manos mientras conducimos. Pero lo más vistoso es el botón que nos permite cambiar el aspecto y la información que percibiremos desde el cuadro de relojes, ya que en esta ocasión disponíamos del denominado Virtual Cockpit.


La información que nos arrojaba desde la pantalla de 10,25 pulgadas situada detrás del volante, era muy completa siempre, pusiéramos la opción que pusiéramos, y la calidad de imagen era extremadamente buena, a salvo de las incómodas incidencias de los rayos solares (aunque precisamente el día de la prueba no teníamos mucho sol que digamos...).


Lo mismo podíamos decir de la gran pantalla táctil de 8 pulgadas situada en el centro del salpicadero. Es una gran pantalla del equipo de infoocio desde la que podremos visionar diferentes parámetros del ordenador de a bordo, diferentes opciones específicas del funcionamiento del sistema híbrido, la información del navegador o la cámara de ayuda al aparcamiento trasera. Esta pantalla también tiene funciones hápticas, es decir, que sin la necesidad de tocarla, podemos desplazarnos por los diferentes menús con movimientos de nuestras manos enfrente de ella.


Pero lo más interesante, quizás nos lo encontramos alrededor del selector del cambio. Volkswagen ha reducido y simplificado las funciones del sistema híbrido respecto a la anterior generación. Antes había 5 botones y ahora hay tres: GTE (modo deportivo) Mode (para elegir los diferentes modos de conducción) y E-Mode.

Si pulsamos Mode, en la pantalla del equipo de infoocio nos saldrán diferentes modos de funcionamiento a elegir: ECO, Comfort, Normal, Sport e Individual. Todos varían, mínimamente, el comportamiento del conjunto e interceden con la respuesta del motor y del cambio. GTE es por si queremos darle un poco de marcha a nuestro cuerpo. Es el funcionamiento deportivo del Passat y cuando lo pulsamos, motor eléctrico y de combustión, en conjunto con la caja de cambios, abren la puerta de los truenos y nos ofrece una aceleración extrema e instantánea con sólo acariciar el pedal del acelerador. Por último, el E-Mode permite al conjunto elegir cual es el mejor funcionamiento en cada momento y hace que la palabra híbrido cobre todo su sentido, favoreciendo el funcionamiento en modo eléctrico hasta que se consuma la capacidad de la batería. Es muy apropiado para circular dentro del ámbito urbano.


Y es que nuestro Passat GTE disponía de un equipamiento de bandera, que podremos redondear con algunas opciones como los asientos de cuero o el HUD, pero que en general estamos hablando de un equipamiento único para esta versión híbrida enchufable. Entre otros elementos disponíamos de Virtual Cockpit, navegador, equipo de infoocio con pantalla táctil de 8 pulgadas, asistente de arranque en pendiente, volante de cuero multifunción con levas, lector de señales de tráfico, sensores de aparcamiento delanteros y traseros con cámara de ayuda al aparcamiento trasera, llamada de emergencia, asistente de mantenimiento de carril, sensores de lluvia y luces, luces LED, control de velocidad de crucero adaptativo, llantas de 18 pulgadas, modos de conducción, iluminación ambiente con varios colores, control de presión de neumáticos, detector de fatiga, ordenador de a bordo o superficie de carga del smartphone bajo el protocolo qi, por poner unos ejemplos.


El Passat GTE dispone de dos motores, uno térmico 1.4 TSI con 156cv y uno eléctrico de 116cv que en conjunto, generan la nada despreciable cifra de 218cv con 400Nm de par máximo. Esta configuración está asociada a un cambio de marchas automático DSG con 6 relaciones y la posibilidad de accionamiento manual por medio de unas levas detrás del volante. Al tener conducción puramente eléctrica, el selector cuenta con una posición similar a D, pero que intercede más sobre los frenos y la frenada regenerativa. Esta posición se denomina B y funciona con la misma caja de cambios, aunque hace que se noten más esas reducciones y ofrecen bastante más resistencia al conjunto cuando soltamos el pedal del acelerador. No obstante, mantienen la carga de la batería, pero no nos ofrece una recarga latente y visible, teniendo que "hilar muy fino" para ello.


Las prestaciones máximas de esta versión son bastante aceptables, con una velocidad máxima de 225 Km/h, una aceleración de 0-100 Km/h en sólo 7,4 segundos y un consumo homologado en ciclo mixto de 1,4 l/100 Km. ¿Por qué es tan poco?. Pues simplemente porque si circulamos como lo harían los padres de Greta Thumberg, podremos hacerlo la mayor parte del tiempo en modo eléctrico y con una sola recarga de la batería, activándose el motor de vez en cuando para alimentar a esa batería o para circular por radiales.


Dinámicamente, hablamos de un modelo muy neutro, pero con un ratio de potencia muy importante. Al ser un modelo híbrido, contamos con innumerables ventajas que no dispondríamos en el mismo modelo convencional.


Para empezar debemos hablar de su silencio de rodadura. Al arrancar, siempre lo haremos en modo eléctrico y si somos cuidadosos con el acelerador, seguiremos en esa modalidad hasta agotar la batería. Los 56 Km de autonomía, que se pueden estirar algo más en una conducción responsable y coherente, una distancia más que suficiente para realizar nuestras rutinas diarias sin la necesidad de consumir una gota de combustible.


No obstante, su rango de utilización es completo porque, al ser un modelo híbrido enchufable, cuando salimos a la carretera, nunca cabrá la posibilidad de quedarnos "tirados". La combinación de sus dos motores, nos brinda un rendimiento espectacular, gracias a que supera los, nada despreciables, 200cv de potencia y los sobresalientes 400 Nm de par que nos permitirán unas recuperaciones y aceleraciones fulgurantes. Por su parte, el motor de combustión, al ser de gasolina, no ofrece un silencio de funcionamiento muy logrado, al igual que han logrado una gran insonorización del habitáculo, que completa una estancia a bordo muy sibarita y muy premium.


Su comportamiento es muy neutro y previsible en todo momento, gracias a un equilibrado reparto de pesos que nos permite una distribución de las masas más equitativa gracias a la batería más grande y a una situación más ventajosa. De esta forma, su gran envergadura no es impedimento para poder realizar una conducción dinámica, algo que de vez en cuando nos podemos permitir gracias al enorme potencial de los motores.


El esquema de suspensiones absorbe a la perfección los rotos del asfalto pero a su vez, contiene muy bien las posibles inercias del conjunto a su paso por curva, proporcionándonos siempre, una seguridad impresionante y un confort sobresaliente. La dirección también se nos muestra muy directa y precisa y el equipo de frenos es muy diligente en todo momento, sobre todo, si llevamos puesta la posición B y aprovechamos las inercias y retenciones para cargar la batería.

Sin duda, hablamos de uno de los reyes del segmento. Es un tipo de carrocería que no está pasando por su mejor momento debido al despunte de los SUV de todos los tamaños, pero sigue siendo un segmento muy aceptado y tradicional que sigue manteniendo a sus adeptos incondicionales.


El Passat GTE se nos muestra como una de las versiones más eficientes y coherentes con los tiempos que corren, además de ofrecernos una imagen clásica, sofisticada y atractiva con tintes modernos, una gran potencia, lo último en materia tecnológica y una combinación de motores muy apropiada que aumenta la versatilidad y el rango de utilización de una de las berlinas más incombustibles e incontestables de la historia.


Datos técnicos:

Motor: 1.4 TSI+ Eléctrico

Potencia: 218cv

Vel Máx: 225 Km/h

Acel 0-100: 7,4 seg


Cons: 1,4 l/100 Km

Precio: Desde 44.370 Euros (Versión probada)




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