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Lo demás es historia: 50 años de Opel Manta y Ascona


En 1970 Opel revolucionó el segmento medio de vehículos con el germen del Opel Ascona. El Opel Ascona fue el prototipo de una berlina deportiva, divertida de conducir, con voladizos cortos y un excelente dinamismo, tan sólo con verlo parado. Era atractivo en sus múltiples carrocerías; como deportivo de dos puertas, sedán de cuatro o como el primer familiar pensado para actividades al aire libre y distintos estilos de vida.


No obstante, el punto culminante llegó con el Opel Manta. El elegante coupé compartía tecnología con el Ascona, poniéndola al alcance de una amplia variedad de clientes. Con el Manta, la marca alemana lanzaba al mercado otro coche de ensueño y con matices más populares, sólo dos años después de la llegada del Opel GT de 1968.


Los Ascona y Manta siguieron al GT al otro lado del Atlántico y se vendieron con éxito en los Estados Unidos; una carrera internacional lograda sólo por unos pocos modelos de Opel. Hoy en día, los supervivientes de la primera generación de estos modelos son objetos de colección muy codiciados y cotizados, ya que en la actualidad, tienen un valor muy superior al que se vendieron cuando eran nuevos.


En 2020, Opel celebra el 50 aniversario de estos automóviles legendarios con varios eventos y la participación de sus admiradores. La fiesta comienza con la apertura de la temporada de rallies de vehículos clásicos y "Bodensee Klassik" (del 7 al 9 de mayo), en donde seis unidades de las primeras generaciones de los Ascona y Manta estarán presentes en la salida. A este estreno le seguirá una gran concentración el 28 de junio, con unos 100 ejemplares de los Ascona y Manta A en el "Klassikertreffen" de Rüsselsheim. Se esperan alrededor de 30.000 visitantes en esta fiesta de cumpleaños, que contará con la participación de numerosos clubes de Opel. Otro punto culminante será la reunión del 25 al 27 de septiembre, organizada por el coleccionista y experto en el Opel Manta Manfred Henning. El lugar de reunión no podría ser más apropiado: Timmendorfer Strand en la costa del Báltico, precisamente donde este modelo se presentó por primera vez a la prensa hace exactamente 50 años.


Como berlina de dos y cuatro puertas, el Ascona se colocó exactamente entre los Kadett y Rekord de la época. El Ascona también marcó tendencia: la versión Caravan fue el primer familiar medio de un fabricante alemán enfocado a distintos estilos de vida y, visto desde la distancia, fue un gran adelantado a su tiempo. Con su hermano deportivo, el Manta, Opel entró al mismo tiempo en el creciente mercado de los coupés deportivos familiares. Chasis, suspensión y mecánicas eran idénticos y ambos contaban con motores de cuatro cilindros que desarrollaban de 60 a 105 CV de potencia.


En términos de equipamiento y motores, así como de dimensiones, el Ascona rellenaba el hueco entre los Kadett B y Rekord C, un papel que hasta entonces desempeñaba la lujosa versión “Olympia” del Kadett. El Ascona en un principio se ofreció con carrocería sedán de dos y cuatro puertas con acabados básico y lujoso. y su suspensión delantera era independiente, mientras el eje trasero era rígido. La potencia la suministraba un motor de 1,6 litros y cuatro cilindros con 68 CV, que en la versión S de alta compresión alcanzaba 80 CV. En marzo de 1972, Opel introdujo una versión de acceso a menor precio equipada con un motor 1.2 de 60 CV.


Por su parte, el Ascona Voyage fue una novedad muy admirada en la gama. En lugar de un clásico familiar, la versión de dos puertas del Caravan se constituía como un vehículo pensado para el ocio dirigido a coche para familias jóvenes y con espacio para bicicletas, lo que podemos considerar como un precursor de la popularidad actual de las versiones Sport Tourer. Inicialmente el Voyage se ofrecía sólo en versión L, hasta 1974, cuando apareció el Caravan, más básico. En la primavera de 1971 la gama se amplió con los Ascona 1.9 S y Ascona SR. El SR se podía elegir con un motor de 1,6 litros con 80 CV o uno de 1,9 litros con 90 CV y por primera vez, en los motores más potentes, se ofrecía la opción de una transmisión automática de tres velocidades. El acabado SR, una novedad en el segmento de los familiares, también estaba disponible en el Voyage de tres puertas.


En competición, el Ascona fue un ganador tanto en tierra como en asfalto, ya que el incombustible Walter Röhrl y su copiloto Jochen Berger se impusieron el Campeonato de Europa de Rallies de 1974 y 1975 con un Ascona SR y, en el Rally Acrópolis, consiguieron la primera victoria mundialista de Opel. En 1982, Röhrl y Christian Geistdörfer, ganaron el Mundial de Rallyes con un Ascona 400, un poco antes de que el Ascona dejase de producirse. Con semejante palmarés y publicidad, en marzo de 1975 se habían producido 691.438 unidades del Ascona A, mientras en el mismo período se fabricaron 498.553 unidades del Manta A.


Y es que también el deportivo Manta, cuyo logotipo del rayo está inspirado en las fotografías del explorador marino Jacques Cousteau, debutó en septiembre de 1970 y su presentación tuvo lugar en Timmendorfer Strand, en la costa del Mar Báltico. Para Opel, el Manta supuso dar un paso al frente hacia un nuevo territorio. 


El Manta era nuevo, elegante, deportivo… y perfectamente adaptado a su tiempo. En aquella época, los atractivos coupés de cuatro plazas eran muy populares y Opel, aprovecho esa tendencia en el mercado. La necesidad de destacar a través del automóvil tenía una gran demanda y la forma y las líneas del Manta eran justo lo que el cliente buscaba. En su primer año completo de ventas Opel entregó 56.200 unidades de este modelo; del que se produjeron, como hemos indicado antes, 498.553 unidades durante toda su vida comercial. Compartía plataforma, suspensión y mecánicas con el Ascona, aunque en el Manta, también se comercializó un 1.6 con 68 CV, que incluso llegó a desarrollar 80 CV en la versión S. El motor más potente del Manta era el 1.9 S de cuatro cilindros con 90 CV, también utilizado por el Opel Rekord.


En 1972, el 1.2 de 60 CV se erigía como el escalón de acceso a la gama, que en noviembre del mismo año se completaba con un Manta Berlinetta lujosamente equipado. Su equipamiento de serie incluía volante deportivo, luna trasera con resistencia térmica, faros halógenos, lavaparabrisas eléctricos y techo de vinilo. Sus cinco años de producción se vieron enriquecidos con numerosas versiones especiales: “Holiday”, “Plus”, “Swinger” y “Summer Bazar”, que combinaban un nutrido equipamiento a precios ajustados. 


El más deportivo Manta GT/E, con un motor de 1,9 litros con 105 CV, irrumpió como versión tope de gama en 1974 y continuó la tendencia de los acabados en negro mate en lugar de acabados cromados. La última versión especial apareció en 1975, poco antes del debut del Manta B. El “Black Magic”, basado en el GT/E, tenía su carrocería totalmente pintada de negro con unas rayas anaranjadas que recorrían sus laterales así como el faldón delantero.


Y hasta aquí, una pequeña historia de dos componentes de la gama Opel que revolucionaron su segmento y que este año 2020 cumplen 50 años de nada. 


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