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Prueba: Mitsubishi SpaceStar 120 MPI Kaiteki


El Mitsubishi Space Star fue uno de los primeros coches que pasaron por nuestras manos y al cual, le tenemos muchísimo cariño.


Es un modelo muy poco visto, quizás porque no se conoce lo suficiente o porque algunos miembros de la competencia abordan el mercado con modelos más atractivos, más ecológicos o más económicos, pero eso no es óbice para que nos interesemos por uno de los urbanos más coquetos y polifacéticos que existen en la actualidad. Y sí, he dicho polifacético, ya que se puede adquirir con una mecánica de 80 cv (el más potente del segmento), suficientes para hacer algún que otro viaje esporádico y mantener un buen ritmo en carretera.


Para esta ocasión adquiere, en cierta medida, la impronta e imagen frontal del resto de sus hermanos de gama, que falta le hacía ya que era el único miembro que se desmarcaba con un diseño diferente en el que no compartía apenas nada con el resto. Ese diseño se engloba dentro de lo que en la marca denominan "Dynamic Shield" que no es otra cosa que el lenguaje que utilizan para los trazos maestros de toda la gama.


Esos trazos maestros se concentran en el frontal, que es la zona que cambia de una manera más evidente, manteniendo el resto del vehículo sin apenas diferencias respecto a las generaciones precedentes. Adopta unos nuevos faros delanteros, más grandes y afilados, con las luces intermitentes incorporadas, que derivan en una parrilla delantera estrecha con dos lamas cromadas y el logo de los tres diamantes en el centro.


El paragolpes es nuevo y contiene las luces antiniebla con función cornering y la banda cromada con filigrana que parte de la base de los faros hasta casi la base del paragolpes, que diferencia el diseño "Dynamic Shield". Además, nuestra unidad de pruebas con el acabado Kaiteki disponía de un labio inferior con acabado en símil de fibra de carbono o una especie de acabado gomoso... Bueno; la conclusión es que le sienta muy bien y le da un toque diferenciador.


En su visión lateral, observamos una estructura coqueta y urbanita, con tan solo 3,85 metros de longitud. Es una medida perfecta para movernos entre el tráfico por las grandes urbes o para aparcar en casi cualquier sitio. No obstante, sin tener ningún tipo de orientación deportiva, las líneas maestras tienen una clara orientación ascendente y en la zaga, nos encontramos con un voluminoso alerón posterior que, aunque no lo creáis, tiene funciones aerodinámicas y no está puesto tan sólo por una mera cuestión estética. También observamos unas preciosas llantas de 15 pulgadas que visten a unas ruedas situadas en los extremos de la carrocería.


Ya en la vista trasera, nos encontramos con un diseño muy similar al que ya conocíamos, solo que los pilotos han sido rediseñados y el paragolpes trasero también es de nuevo diseño, siendo más voluminoso y rotundo, que contiene los grandes catadióptricos y se asemeja, en diferentes toques, al paragolpes delantero.


Abrimos el maletero y nos encontramos con un cubículo suficiente (para el tamaño del conjunto) de 209 litros, que se sitúa dentro de la media en el segmento en el que se mueve.


Por su parte, sorprende un habitáculo tan amplio en una estructura tan pequeña. Sentados en las plazas posteriores, nos encontramos con un espacio muy reseñable, sobre todo para las piernas y en cuanto a altura disponible. Obviamente, dos personas se sentirán muy cómodas en esas plazas, quedando la plaza central relegada para emergencias o niños, ya que la anchura no es uno de los "fuertes" del urbano japonés. Además, y como curiosidad, el túnel de transmisión es especialmente voluminoso.


Delante nos reciben unos asientos cómodos pero algo estrechos, con una escasa sujeción lateral, puesto que el Space Star no es precisamente un vehículo "tramero" o rutero. Simplemente cumplen con su función y en lo que destacan es en confortabilidad y una posición de conducción más que correcta y fácil de alcanzar, algo muy demandado en trayectos urbanos. Como curiosidad, los paneles de las puertas en el interior también cuentan con un acabado que emula a una especie de fibra de carbono que nos queda muy "cool".


Nos recibe un cuadro de instrumentos ligeramente rediseñado, con la recolocación más lógica de algunos de sus mandos y un poco más orientado al conductor, pero son matices casi inapreciables. En conjunto se conforma un salpicadero notable, con todos los mandos muy a mano y una calidad de plásticos muy buena, que sin ser espectacular, soportará muy bien el paso del tiempo, además de contar con unos muy buenos ajustes.


El cuadro de relojes huye de la digitalización tan en boga últimamente y nos brinda una información sobresaliente de manera analógica, con una visión muy clara y una percepción muy simple y fácil de interpretar. Uno de los pocos "peros" que le podemos achacar es el botón para cambiar la información del ordenador de a bordo, que está situado en un lateral de ese cuadro de relojes y resulta bastante complicado actuar sobre él en marcha. En el volante nos encontramos con algunos mandos relevantes e inherentes a nuestra conducción y a los "gadgets" más comunes, como el sistema bluetooth, los mandos de la radio o el sistema de control de velocidad de crucero.


La consola central está ocupada por una pantalla táctil del sistema del equipo de infoocio de 7", compatible con los protocolos Android Auto y Apple Car Play y desde la que podremos visionar diferentes parámetros del orden de marcha del vehículo, así como el navegador, que está integrado en el sistema. Los menús disponibles son muy fáciles de interpretar y es muy sencillo de moverse entre ellos, además de tener botones muy grandes, algo que se agradece en la vorágine de las grandes ciudades.


Justo debajo, disponemos de los mandos del climatizador, monozona, y un hueco para dejar enseres con los botones de la desconexión del sistemas Start/Stop y del del ESP, un poco escondidos y distanciados del alcance lógico de nuestra mano, ya que son unos pulsadores muy específicos y no deberíamos pulsarlos por error. 


Y es que, a pesar de lo pequeño de su concepto urbano, el Space Star es un auténtico "gigante" en materia de equipamiento y el acabado Kaiteki, que es el más dotado de serie y el objeto de nuestra prueba, disponía de navegador, climatizador automático, ayuda de arranque en pendiente, llantas de 15", equipo de infoocio con pantalla táctil de 7", ordenador de a bordo, control de velocidad de crucero, sensor de presión de neumáticos, apertura y arranque sin llave, sensores de lluvia y luces o Stop/Start entre otros elementos.


La mecánica disponible es tan solo una para las dos versiones de acabado. Se trata del motor de 3 cilindros 1.2 más potente de todo el segmento de los urbanos. Tiene 80cv de potencia con un discreto par de 106 Nm, con el que conseguimos unas prestaciones finales de 180 Km/h de velocidad máxima, una aceleración de 0-100 Km/h en 12,6 segundos y un consumo en ciclo mixto de 5,3 l/100Km. Está asociado a un cambio manual de 5 relaciones, con un guiado preciso y un recorrido corto, que nos facilita la función de cambiar a menudo en la ciudad. 


Es un motor un tanto rumoroso, que no ruidoso, al que le cuesta desperezarse por debajo de las 2.000rpm. Una vez superado ese tramo y teniendo una marcha normalizada y fluida, el motor se siente brioso, con una aceleración muy notable que sorprende, a tenor de lo que nos podríamos esperar de su escasa potencia y, sobre todo, respecto a su par máximo. Pero bueno, por otra parte es normal, ya que hablamos de un conjunto muy compacto y ligero con un motor más que suficiente para mover al conjunto con soltura.


Gracias a ese motor, podremos realizar cualquier tipo de trayecto sin problema y siguiendo muy bien la marcha del resto del tráfico por todo tipo de vías, viéndonos limitados solamente por su pequeño maletero. Su esquema de suspensiones es de cierto tarado firme, aunque mantiene un compromiso justo entre efectividad y confort. Absorbe y filtra muy correctamente las imperfecciones del asfalto, además de contener a la perfección las posibles inercias de la carrocería en curva y, soportando muy bien los cambios de dirección. No obstante, tampoco estamos valorando la situación de realizar un tramo de rallys con él. 


La dirección es ligera pero precisa, algo que nos ayuda mucho en maniobras por ciudad, aunque es un poco imprecisa en trayectos fuera de la urbe, puesto que no se endurece lo suficiente cuando ganamos velocidad y deberemos corregir mínimamente nuestra trayectoria en curva. Nada peligroso, por supuesto. Por otra parte, los frenos son suficientes para detener al conjunto, además de contar con el sistema de frenada de emergencia, por si nos pilla un poco despistados. 


Dentro de entre todas las opciones del segmento, es probable que el Mitsubishi Space Star no se sitúe entre las primeras opciones de compra, pero hay que conocerlo un poco más y, sobre todo, conducirlo, ya que nos estaríamos perdiendo un gran representante, con un equipo de serie ejemplar, muy manejable, muy racional y sobre todo, muy polivalente, ya que su espacio interior es uno de los mejores y su potencia, es de las más altas del segmento y con esta nueva actualización, además se nos presenta con una imagen más madura, reconocible y, sobre todo, discreta, según lo que se viene estilando en esta categoría. El Space Star tiene que entrar en las quinielas de compra por derecho propio. Sin duda. 


Datos técnicos:

Motor: 1.2 MPI

Potencia: 80cv

Vel Máx: 180 Km/h

Acel 0-100: 12,6 seg

Cons: 5,3 l/100 Km

Precio: Desde 13.350 euros (versión probada)



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