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Prueba: Dacia Sandero Stepway Comfort TCe


Hasta hace relativamente poco, Dacia era una marca de coches rumana que compraba las máquinas vetustas de Renault y ensamblaba sus propios coches con tecnologías descatalogadas en la marca francesa, pero de fabricación totalmente nueva. Dependía de Renault en ese sentido, sí, pero era una marca totalmente independiente y aprovechaba algo muy contrastado que ya no se comercializaba en Europa occidental y lo hacía de nuevo para la Europa oriental.


Esa era la modalidad de negocio de Dacia hasta que un buen día, al CEO del Grupo se le ocurrió la genial idea de incorporar esa marca y hacer coches "Low Cost" para todo el mundo. Dicho y hecho. Desde aquel momento, Dacia sigue utilizando sinergias descatalogadas en Renault, pero con un diseño propio, atractivo y polivalente. De hecho, lo que aquí conocemos como Dacia, en algunos países emergentes se llama directamente Renault. Algo tiene que ver con el marketing y la imagen de marca.


Sin comerlo ni beberlo, no podían haber elegido el mejor momento para comercializar una marca "Low Cost" como Dacia, ya que se vislumbraba una crisis económica sin precedentes que ha hecho que el Dacia Sandero sea un éxito de ventas durante mucho tiempo, coronando el Top Ten de ventas de turismos durante buena parte del mismo. Ahora veremos qué pasa.


Una vez introducidos de lleno en la historia de la marca rumana y el porqué de su existencia, hemos tenido la suerte de probar la tercera generación del superventas Dacia Sandero que, al igual que el resto de la gama Dacia, acaba de ser renovado con una imagen mucho más madura y atractiva, además de incorporar tecnologías inéditas para la marca que nos facilitan mucho nuestro día a día. Pero dentro de la gama Sandero, probamos la versión más campera Stepway, que tiene ese aire off road, pero en realidad tan sólo porta una imagen más atractiva respecto a un Sandero básico, así que no os emocionéis mucho fuera del asfalto.


Frontalmente, destaca por ser bastante más ancho que la generación precedente, por unas nervaduras sobre el capó mucho más marcadas, que le aportan cierto aire dinámico, una parrilla delantera con detalles cromados y la nomenclatura Stepway debajo, un paragolpes delantero en forma de X que escenifica a la perfección la imagen de la marca, luces antiniebla sobre fondo de plástico negro y detalles superiores cromados y una protección de plástico en gris para los bajos del vehículo que le da otra tonalidad diferente al conjunto y una nota extra de color.


Pero realmente lo que más llama la atención son sus nuevos grupos ópticos, de tecnología LED y con la luz diurna incluida en el mismo interior de la tulita y con forma de Y tumbada, que le da un aspecto muy reconocible en su visión nocturna y que nos proporciona una vista muy aceptable en horas oscuras, algo de lo que adolecían las anteriores generaciones. Las luces largas siguen siendo halógenas.


En su vista lateral, nos llama la atención la compacidad de sus líneas, aunque hablamos de un utilitario de 4,09 metros. Es ideal para una circulación meramente urbana, aunque no "se le caen los anillos" si tenemos que salir a carretera o, si por casualidad, debemos salir esporádicamente del asfalto, ya que su elevada altura respecto al suelo nos facilita esa labor. Pero repito; no es un todoterreno al uso. Ni siquiera un SUV.


Disponemos de protecciones de plástico negro alrededor del vehículo, tanto en su perfil como en las puertas como en los pasos de rueda que, por cierto, montan unas preciosas llantas de aleación de 16". También, y exclusivo para esta versión, es la baca sobredimensionada con la inscripción Stepway, que favorece una mayor polivalencia de uso en todos los términos y añade una mayor personalidad a esta versión.


Detrás, en la zaga, también comprobamos hasta donde han llegado con el nuevo diseño general y observamos unas nuevas luces de tecnología LED a los flancos de un portón del maletero con un pliegue en el centro en forma de alerón posterior (un guiño de diseño) y un paragolpes profuso con protección en gris para los bajos, que nos permite una boca de carga elevada, aunque más o menos, amplia.


Descubrimos un maletero normal para un utilitario como este de 328 litros, con formas regulares y bastante aprovechable. Existen versiones con bi-fuel GLP, aunque no era nuestro caso, que llevan un pequeño depósito de ese combustible debajo del piso del maletero, donde debiera de ir la rueda de repuesto.


A pesar de alguna cota más amplia en centímetros en su carrocería, el habitáculo no parece que haya ganado demasiado. Sigue siendo bastante amplio y cuatro adultos de diferente estatura se podrán acomodar a la perfección. No existe ningún problema ni en anchura, ni en espacio para las rodillas ni el altura respecto a nuestras cabezas. Parece mentira que un utilitario tan compacto pueda contener tanto espacio interior y tan bien distribuido.


Delante nos sentamos en unos asientos que recogen bien nuestro cuerpo y que son bastante cómodos, aunque no destacan por tener mucha sujeción lateral. Parecen sólidos y que no se van ha reblandecer con el paso del tiempo. En nuestra unidad de pruebas, al ser la versión Stepway, estaban bordados con esa nomenclatura de color marrón en los respaldos.

Se nos presenta con un salpicadero sencillo, con materiales muy aceptables y que no da la sensación de barato para nada. El aspecto que nos ofrece ha ganado muchos enteros respecto a las generaciones precedentes y se compone de plásticos de buen tacto y sólidos, además de un perfil textil que recorre todo el frontal y que también es muy agradable al tacto y visualmente hablando.


Todos los mandos están donde tienen que estar y la ergonomía de uso destaca ante todas las cosas. El volante multifunción nos facilitará la tarea de acceder a sistemas que contiene el equipo de serie del Sandero Stepway de una manera simplificada y, por ejemplo, el control de velocidad de crucero pasa a estar ahí y no como antes entre los dos asientos delanteros.


La instrumentación es analógica y nos ofrece una información muy legible y simple, muy fácil de interpretar. En una posición elevada en el centro, de aspecto flotante y ligeramente orientada a nuestra visión, tenemos la pantalla del equipo de infoocio, táctil y de 8", con unos menús a los que es muy sencillo acceder gracias a unos botones grandes y a cierta rapidez de respuesta. Desde ahí podremos ver diferentes parámetros a tiempo real del funcionamiento de nuestro vehículo, además de contener el sistema de navegación y la cámara de ayuda al aparcamiento trasera. Ambas cosas son correspondientes a nuestra unidad de prueba, aunque son opcionales. Tiene una visión correcta, aunque adolece de tener algún que otro reflejo incómodo en según qué circunstancias.


Debajo nos encontramos con los diales del equipo de climatización automático, que en nuestro caso, era monozona, aunque se agradece tener mandos físicos para tal menester. También existen algunos botones fáciles de localizar y de accionar, como el botón ECO, al que se le supone ventajas cuando lo pulsamos en materia de economía de uso. Nos orienta a realizar una conducción más relajada, con cambios de marcha con antelación, relaja el ritmo del motor y ablanda un poco más la dirección. Pero en realidad no se nota demasiado y no existen cambios de respuesta sustanciales.


Como detalles del salpicadero, nos encontramos con un brazo detrás de la pantalla del equipo de infoocio para colocar nuestro Smartphone. En realidad viene por defecto en toda la gama y en nuestro caso no lo utilizaríamos mucho, ya que disponíamos de navegador, por ejemplo, pero para los modelos que no dispongan de pantalla ni de navegador (que los hay) viene realmente bien. También nos encontramos en los aireadores unos apliques de color marrón, que le aportan al interior una nota de color diferente y distinguen la unidad Stepway que estamos conduciendo, además de algunos huecos vacíabolsillos, varias tomas USB o un cargador de 12V.


Nuestro Stepway no estaba , para nada, mal equipado de serie y en opción y, entre otros elementos, disponíamos de navegador, cámara de ayuda al aparcamiento trasera, sensores de luces y lluvia, faros LED, llantas de 16", equipo de infoocio con pantalla táctil de 8", climatizador automático, sugerencia de cambio de marcha, asistente de arranque en pendiente, control de presión de neumáticos, sensores de aparcamiento traseros, ordenador de a bordo, control de velocidad de crucero con limitador, apertura y arranque Free Key, llamada de emergencia o Start/Stop.


La mecánica que pasó por nuestras manos era un 1.0 de gasolina, con 90cv, 160 Nm de par máximo y con el que podíamos alcanzar unas prestaciones finales de 180 Km/h, una aceleración de 0-100 Km/h en 12 segundos , con un consumo homologado en ciclo mixto de 5,6 l/100 Km. Existen otras versiones de 67 (que no se vende en España) 90 y 100cv, algunas de ellas con posibilidad de GLP, aunque no era nuestro caso.


Estaba asociado a una caja de cambios manual de 6 relaciones, con un buen escalonamiento de marchas y un guiado muy preciso. La verdad es que su manejo me pareció muy suave y adictivo, aunque a veces me dejaba una o dos marchas sin meter porque el coche funcionaba y reaccionaba a la perfección.


El motor 1.0 no tiene nada que ver con el 0.9 que se utilizaba en la generación anterior y en algunos modelos pequeños de Renault. Es una mecánica solícita a nuestras órdenes con el pedal del acelerador y combina muy bien con el cambio de marchas de 6 velocidades. Nos proporciona una respuesta ágil y rápida, sin "tirones" y, para nada, se revoluciona para rodar al mismo ritmo que el resto del tráfico que nos rodea. En el habitáculo no percibimos ningún tipo de vibración ni sonido incómodo, ya que estaba muy bien aislado del exterior, así que la calma y la quietud es la nota predominante en nuestra conducción.


El esquema de suspensiones era bastante ligero y absorbía bastante bien cualquier tipo de irregularidad del asfalto, aunque en curvas lentas, frenadas potentes y cambios bruscos de dirección, el balanceo de la carrocería era bastante evidente, así que mejor que conduzcamos relajados. Es un coche "ratonero" sí, pero en ambientes urbanos, no en una carretera de montaña. Curiosamente, la suspensión es blanda, pero el recorrido de los amortiguadores es bastante corto.


La dirección era una delicia, aunque no transmitía con fidelidad lo que ocurría debajo de los neumáticos. Es muy sencillo aparcar y circular con él en entornos ciudadanos, ya que es bastante liviana y una vez que salimos a carretera, se dosifica bastante bien. Por su parte, el sistema de frenos es correcto y detiene al conjunto de una manera diligente, con frenos de disco delanteros y de tambor detrás (hay que ahorrar costes).


Globalmente me ha encantado. Dentro de su segmento es una buena alternativa a tener muy en cuenta, ya que a su nueva y atractiva imagen, su amplitud interior, su facilidad de uso, su bajo coste de mantenimiento durante toda su vida útil y su equipamiento; debemos de sumar un precio de adquisición muy ajustado.


El Dacia Sandero ha ganado muchísimo con esta nueva generación y al probarlo, resulta evidente y no me extraña que haya copado las listas de los más vendidos durante mucho tiempo. Las generaciones precedentes ya hicieron su trabajo y esta tercera generación tiene muchos puntos para convertirse en todo un "Best Seller". El tiempo lo dirá, pero el Dacia Sandero, sobre todo en la edición Stepway, hará las delicias de muchos tipos de personas y de diversos tipos de cliente.


Datos técnicos:

Motor: 1.0 TCe

Potencia: 90cv

Vel Máx: 180 Km/h

Acel 0-100: 12 seg

Cons: 5,6 l/100 Km

Precio: Desde 13.400 euros (Versión probada)



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