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Prueba: Renault Arkana R.S.Line TCe


El Renault Arkana es el primer SUV coupeizado de una marca generalista. Bueno; la verdad es que no sé yo si esa afirmación es del todo cierta, porque aún tenemos "caliente" la prueba del DFSK F5, aunque creo que ese modelo corresponde a otro segmento. Digamos que el Arkana es el primer SUV compacto de una marca generalista como Renault, que ha imitado la fórmula de éxito que han obtenido otras marcas de carácter más premium. Y les ha salido bien la jugada ya que el nuevo Renault Arkana ha sido un "best seller" desde su puesta de largo en el mercado español.


Su atractivo lo avala y su precio ajustado a sus pretensiones son un valor añadido. No cabe ninguna duda de que se trata de un componente de la familia Renault y que bebe los vientos del resto de sus hermanos de gama, pero como representante SUV se desmarca con una carrocería muy deportiva y dinámica algo que, como hemos adelantado, parecía un coto reservado sólo a los más premium. Viendo el recibimiento del Arkana, es muy probable que el resto tomen ejemplo y pueblen nuestras carreteras con dignos competidores comerciales en un corto periodo de tiempo.


Pero vamos a lo que vamos, a la prueba dinámica del nuevo SUV Renault Arkana. Es reconocible desde la distancia, porque su frontal, indiscutiblemente, es igual de característico que el resto de modelos de la gama. Los faros principales cuentan con tecnología LED inteligente, además de la reconocible y reconocida tira de LED que actúa como luz diurna y tiene forma de C invertida arropando y fusionando el paragolpes delantero y la calandra.


El radiador no es tan grande como podíamos prever aunque su fisionomía es muy atractiva y lo que sí que es muy grande es el símbolo de Renault en el centro. El paragolpes cuenta con una placa central, situada en la parrilla inferior en la que se aglutinan todos los sensores; una placa de protección para los bajos, aunque no sacaremos a pasear a este modelo por muchas trialeras y entradas de aire que, en el caso de las toberas laterales, son "trampantojos" enmarcados en un perfil oscurecido que realmente le aportan una imagen distinguida y dinámica. Por otra parte, el capó delantero también se distingue por tener más nervaduras de tensión de las habituales orientadas al gran logo de la marca en el centro.


Su visión frontal nos acerca a un punto bastante deportivo y eso que el Arkana es un SUV de pro, con una altura considerable, pero no es óbice para que nos muestre una imagen diferenciadora y dinámica por los cuatro costados.


En su vista lateral es donde observamos la gran gracia del coche y es que a sus líneas rotundas y deportivas, debemos sumar una prolongada caída del techo hacia la zaga, lo que le configura como el SUV coupé que es. Los pasos de rueda están sobredimensionados, lo que le aporta otra singularidad al conjunto y favorece a que tenga esos trazos tan atractivos y dinámicos.


Las llantas también son un punto muy característico, ya que además de contar con el acabado deportivo denominado R.S.Line, que podemos ver en los apliques cromados de las aletas delanteras, las llantas que montamos son específicas de 18" oscurecidas y con aplique rojo en uno de sus radios, que le adhiere un toque mayor de dinamismo, sobre todo con el coche rodando.


En la zaga vemos como el Arkana también nos muestra su carácter e, independientemente de los pilotos muy típicos de los Renault de nueva hornada, envolventes y con una tira LED que se prolonga hacia el centro del portón, también vemos unas formas a modo de alerón al acabar la luna trasera, además de un paragolpes muy profuso, a imagen y semejanza de la zona delantera, con otra placa inferior a modo de difusor-protector y que incluye sendas salidas de escape trapezoidales cromadas que añaden un aire más atrayente en esa vista.


Son formas voluminosas y rotundas, lo que redunda en una latente falta de anchura para cargar objetos u equipajes. No tiene el sistema de apertura eléctrica ni por botón, ni pasando el pie por debajo del paragolpes. Lo abrimos y nos encontramos un espacio de carga de 513 litros muy aprovechables, aunque no dispone de ciertos gadgets que sí disponen otros miembros de la casa o de la competencia, como prácticos ganchos en los laterales. Es evidente que la caída del techo le resta algunos litros de capacidad respecto a un Kadjar o un Koleos, entre los que se sitúa el nuevo Arkana dentro de la gama, pero aún así es un maletero muy aprovechable y con formas muy rectilíneas, además de contar con un práctico hueco portaobjetos en un lateral y el piso se puede situar a dos alturas diferentes.


Entramos en el habitáculo. Tiene un buen acceso a pesar de la caída de la luneta posterior desde el techo, aunque una vez sentados, destaca por tener una gran amplitud en todas sus cotas, sobre todo en altura y no tanto en espacio para las rodillas, por lo que personas de algo más de 1,80 metros no tendrán ningún problema en acomodarse, aunque la sensación general es que es más angosto de lo que es.


Delante nos reciben sendas plazas con un agarre sublime, aunque nuestro trasero desliza un poco más de la cuenta en los virajes más cerrados. No llega a tener la sujeción de un Mégane compacto o familiar que ha pasado por nuestras manos en otras ocasiones, aunque es bastante bueno. Lo que sí afirmamos que son unas plazas muy confortables, a pesar de tener una cierta orientación deportiva e ir tapizadas en símil de cuero con pespuntes rojos y ante. Al ir muy bien equipado de serie, también son unas plazas con ajuste eléctricos y calefactables. Están situados con un perfil más vertical que en un compacto, pero no llegan a ser unas plazas tan altas como en un SUV convencional, por lo que la postura de conducción es bastante natural y se adquiere rápido.


Ante nosotros nos encontramos un cuadro de mandos conocido en otros modelos, pero con detalles diferenciadores R.S.Line con tintes más deportivos. A lo largo del salpicadero nos encontramos con una línea roja diferenciadora y un panelado que emula a la fibra de carbono, además de pespuntes rojos en los laterales de los cinturones de seguridad. El tapizado de los asientos es exclusivo para esta versión y también dispone de pespuntes en rojo, al igual que el fuelle del cambio, el pomo, el aro del volante y algún que otro aplique más.


La instrumentación es digital y nos ofrece bastante información relevante e inherente a nuestra conducción de manera instantánea. Está a salvo de la incidencia de los rayos solares y se proyecta sobre una pantalla de 10,2", que es la más grande. Puede configurarse de diferentes maneras según el modo de conducción que hayamos elegido, pero la información que nos ofrece es la imprescindible en todo momento.


El volante multifunción tiene un tamaño perfecto y acata nuestras órdenes sin ningún tipo de retardo ni sobreasistencia, a pesar de contar con una dirección eléctrica. Es bastante quirúrgico, aunque filtra bastante bien lo que ocurre debajo de los neumáticos y el agarre disponible, así que cuidado.


Los pedales son de aluminio, lo que también le aporta un toque más personal y dinámico. Tiene dos, ya que es un coche con cambio automático de 7 relaciones y no necesita ningún tipo de embrague. No se perciben tirones ni nada por el estilo entre transiciones de marchas y su funcionamiento es exquisito en todo momento y en todas las situaciones. Existe un pequeño retardo de respuesta cuando demandamos mucha más potencia con el pedal del acelerador ya que la caja de cambios se lo tiene que pensar un poco, pero no es una espera importante.


En el centro, nos encontramos con un cuadro que ya es marca de la casa, con una pantalla táctil de 9,3" del sistema multimedia situada de manera vertical, desde la que podremos visionar imágenes de la cámara de ayuda al aparcamiento, el navegador, numerosos gadgets que incluye y, por supuesto, los diferentes modos de conducción del sistema, entre los que podemos elegir ECO, Sport o MySense. Todos tienen una configuración diferente en cuanto a la dureza de la dirección o la respuesta del motor y en MySense, podemos configurar esos parámetros a nuestro antojo. Debajo tiene algunos pulsadores en forma de tecla que simplifican algunas acciones o activan otras que utilizaremos de forma más frecuente.


Los acabados, por su parte, son bastante resistentes al uso, aunque no destacan por tener una vistosidad relevante, En su mayoría son plásticos blandos y de buen tacto además de muy agradables a nivel visual, con unos muy buenos ajustes, pero no destacan por tener unos acabados sibaritas o premium. Los gadgets R.S.Line visten y añaden un mayor empaque al interior, además de una gran deportividad.


Algo que se agradece son unos mandos giratorios del sistema de climatización automática bastante grandes, sencillos y situados a mano debajo de esa pantalla. Más abajo disponemos de una bandeja pequeña vacía bolsillos y en su interior existen algunos puertos auxiliares y USB. Entre los dos asientos, el selector de cambio automático de 7 relaciones de doble embrague, con un tacto espléndido, situado a mano del conductor y sobre una consola flotante que permite que no tenga ninguna conexión mecánica. Si lo deseamos, podemos actuar sobre el cambio por medio de unas levas situadas tras el aro del volante.


Nuestro acabado R.S.Line era, además de la versión más dinámica, uno de los más dotados de serie y entre otros elementos contábamos con navegador, pantalla táctil vertical de 9,3", instrumentación digital, modos de conducción, climatizador automático, llantas de 18", aditamentos R.S.Line, volante multifunción, equipo de audio Bose, alarma de cambio involuntario de carril, frenada de emergencia, asientos calefactados y de regulación eléctrica, asistente de vehículo en ángulo muerto, tapicería símil piel y ante, aparcamiento asistido, cambio de luces cortas y largas automático, sensores de aparcamiento 360º, cámara trasera de ayuda al aparcamiento, lector de señales de tráfico, faros LED, ayuda de arranque en pendiente, control de presión de neumáticos, ordenador de a bordo, arranque por botón y apertura sin llave, control de velocidad de crucero adaptativo o Start/Stop entre otras cosas.


La mecánica disponía de un sistema de micro hibridación de 12V, que si bien no mueve al coche por si mismo, sirve de apoyo al motor de combustión que es un 1.3 de gasolina que genera 140cv con 260 Nm de par máximo. Está asociado a un cambio de marchas automático de doble embrague de 7 relaciones y con esta configuración, alcanzamos los 205 Km/h el 0-100 Km/h en 9,8 segundos y obtenemos un consumo bastante frugal en ciclo medio de 5,8 l/100 Km.


Es un motor bastante activo, que nos ofrece su potencial desde muy bajas revoluciones y además, consume bastante poco en un ciclo medio homologado. No es híbrido como tal, pero ese pequeño motor eléctrico que asiste al de combustión, nos permite ciertas licencias en aceleraciones y a la salida de los semáforos, haciendo que los consumos sean bastante contenidos a su vez. En el habitáculo no se percibe ningún tipo de sonido procedente del exterior y podemos asegurar que está muy bien aislado.


Una vez en marcha, el Arkana es un coche bastante dinámico y su estética exterior casa muy bien con sus maneras en carretera abierta. En una carretera convencional, el silencio y el confort de rodadura será la nota predominante y el esquema de suspensiones mantiene un compromiso perfecto entre confort y deportividad. Absorbe cualquier tipo de "roto" que nos encontremos en el asfalto y no lo transmite al habitáculo en forma de sacudida.


Cuando la carretera se nos torna un poco más técnica, el conjunto soporta bastante bien los cambios de dirección y las curvas en general. El dinamismo de reacciones junto con una dirección bastante directa nos provoca una grata sensación de control y satisfacción al volante. A pesar de tener una altura considerable en general y una distancia notable respecto al suelo de unos 20cm, el Arkana no se nos muestra un conjunto torpe y pesado sino que la fluidez de reacciones y en marcha son la nota predominante. La carrocería no balancea en exceso y eso nos gusta en un coche tan alto y voluminoso.


Es por su comportamiento, su equipamiento y, sobre todo, su imagen diferenciadora a un precio ajustado por lo que el nuevo Renault Arkana es todo un éxito y provoca unas grandes sensaciones a clientes que quieren un SUV y están cansados de lo mismo. Nos ofrece la versatilidad de este tipo de vehículos, una imagen diferente y fresca, unos motores activos y frugales, un gran equipamiento, buenas maneras de conducción a un precio ajustado aunque eso sí; prevalece más la imagen a la versatilidad y en este caso, nos gusta mucho.


Datos técnicos:

Motor: 1.3 TCe

Potencia: 140cv

Vel Máx: 205 Km/h

Acel 0-100: 9,8 seg

Cons: 5,8 l/100 Km

Precio: Desde 30.250 euros (versión probada)




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