Lo demás es historia: Skoda Popular Sport
Ya hace 85 años, Zdeněk Pohl y Jaroslav Hausman salieron de Mladá Boleslav en dirección al Rally de Montecarlo en su Skoda Popular Sport. En el Principado de Mónaco, pilotaron el roadster hacia uno de los mayores éxitos de la historia de la marca en los deportes de motor.
El Rally de Montecarlo, que es tan famoso como exigente, se celebró por primera vez en 1911 para atraer turistas al Principado de Mónaco durante los fríos meses de invierno y el Skoda Popular Sport se alineó en la decimoquinta edición, que se celebró entre el 25 de enero y el 2 de febrero de 1936, y aguantaron el tipo ante la competencia de forma impresionante y con una marca que no era muy conocida por estos lares.
Dado que la longitud y la dificultad de la ruta desde el punto de salida oficial eran elementos decisivos para el éxito en el Rally de Montecarlo, salieron de Atenas y viajaron a Mónaco pasando por la Riviera francesa. Entre los posibles puntos de salida, se incluían Bucarest, Palermo, Stavanger o Talín. En 17 horas, la pareja recorrió los 850 kilómetros que separan Praga del ferry de Trieste al volante de su Skoda Popular Sport. Tras llegar a Atenas, Zdeněk Pohl y Jaroslav Hausman tuvieron cuatro días para recuperarse y preparar técnicamente el vehículo para el rally sin la asistencia de un mecánico o un vehículo de servicio profesionalmente equipado.
El viaje de 3.852 kilómetros, pasando por Tesalónica, Belgrado, Budapest, Viena, Estrasburgo y Aviñón, hasta llegar a Mónaco, duró cuatro días. Más tarde, Pohl recordó: “Vi cosas extrañas en el camino. En una ocasión, un caballo iba retrocediendo hacia nosotros a toda velocidad; en otro momento, tuve que esquivar a un elefante. Por supuesto, la carretera estaba vacía: estábamos alucinando tras cuatro noches sin dormir. El zumbido del motor nos adormecía, y todo estaba muy nublado”.
De los 105 equipos registrados, solo 72 vehículos acabaron el Rally de Montecarlo de 1936. El Skoda Popular Sport alcanzó la meta sin puntos de penalización, superó la inspección técnica y obtuvo buenos resultados en las pruebas de habilidad. Esto les valió a Pohl y Hausman una segunda posición en la categoría de menos de 1.5 litros.
Su éxito fue el resultado de una cuidadosa preparación, a pesar del "viajecito" que se clavaron. Por ejemplo, el dúo puso a prueba sus monos de cuero y sus neumáticos todoterreno en las nevadas Montañas de los Gigantes. Dado que, durante los preparativos, la pareja no pudo ponerse de acuerdo sobre qué tipo de pala, de madera o de estaño, era más adecuada para sacar el coche de la nieve, al final decidieron llevar las dos opciones.
El modelo checo estaba equipado con el chasis modificado de la gama de modelos Popular, más ligeros, pero el motor vino del potente Rapid. Con 1.386 cm3, generaba una potencia de 34 CV, con una velocidad punta de 110 km/h.
Los nuevos frenos hidráulicos mejoraron la eficacia del frenado. Dos depósitos de gasolina, con una capacidad total de 170 litros, garantizaban una autonomía de 1.500 km, aunque el consumo era la "barbaridad" de 11,3 litros por cada 100 km. El coche pesaba 790 kilogramos, de los que 250 kilogramos correspondían a la carrocería abierta. El Popular con carga completa pesaba cerca de 960 kg, más los 170 kg del conductor y el acompañante. Durante la época de frío, Pohl y Hausman se beneficiaron de la calefacción de aire caliente, así como del soporte para termos y el parabrisas parcialmente calefactado. El asiento plegable del acompañante era otro elemento práctico, ya que permitía al copiloto descansar durante el trayecto.
El fabricante de Mladá Boleslav vio en su gran éxito en el Rally de Montecarlo una oportunidad para ampliar la gama de modelos e incluir una exclusiva gama de vehículos deportivos. El primer roadster Skoda Popular Montecarlo se entregó en julio de 1936, seguido por el primer coupé en agosto de 1936 y hasta 1939, Skoda fabricó 70 roadsters y coupés de la gama, y entre los clientes estaba el rey yugoslavo Petar II Karađorđević, de catorce años.
Uno de estos vehículos ha formado parte de la colección del Museo Skoda desde 1968 y el Popular Montecarlo coupé negro de 1937 es uno de los veinte ejemplares supervivientes. Fue meticulosamente restaurado a principios de los 2000 y, desde entonces, atrae todas las miradas en reuniones de coches clásicos, tanto en el país como en el extranjero.
El diseño de los modelos, con sus faros característicos y la rejilla enfrente de la parrilla del radiador, se vio influenciado por el estilo del período de entreguerras. Con sus elegantes líneas curvas, el Skoda Popular Montecarlo sigue siendo un icono de diseño de la historia de la compañía. De hecho, actualmente la línea de equipamiento “MONTE CARLO” de la gamas de modelos Fabia, Scala y Kamiq no son una casualidad ni se han bautizado así porqué sonaba bien, sino que conmemora los grandes éxitos deportivos de Skoda en el Rally del Principado de Mónaco.
Comentarios
Publicar un comentario