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Prueba: Suzuki Vitara 1.4 GLE Mild Hybrid


El Suzuki Vitara nació como uno de los pioneros en la materia SUV, pero nació con más aires de todoterreno que de vehículo polivalente (que también lo era). Ahora probamos la última versión que es un restyling de lo que conocíamos de 2015 y 2019 y que incorpora tecnología Mild Hybrid, pero está mucho más orientado al asfalto. Sí que nos permite realizar alguna que otra inmersión en el campo, pero en pistas con poca dificultad, ya que no cuenta con ningún tipo de ayuda específica y su altura libre al suelo, pues bueno; es bastante, pero no es mucha con 18,5 cm en su haber.


A ver, también tiene sus variables con tracción a las cuatro ruedas (no era nuestro caso), pero no es, precisamente, un vehículo muy orientado a ese campo. Más bien nos facilita la vida siempre y podemos hacer algún "pinito" con él fuera del asfalto, pero no es un todoterreno puro.


La tecnología Mild Hybrid es lo que nos toca vivir, pero tampoco lo convierte en un híbrido como tal, sino que actúa, por medio de una pequeña batería autorrecargable, para cuando tenemos que acelerar a la salida de los semáforos o cuando nos disponemos a hacer un adelantamiento y demandamos más potencia al conjunto. Digamos que es una ayuda.


Su estética ha cambiado. Es bastante parecido a lo que conocíamos de la versión 2015, pero con ciertos matices que lo actualizan y que lo refrescan para luchar con el resto de sus competidores directos. Por ejemplo, en el frontal nos encontramos con apliques cromados que bordean a los nuevos pilotos LED de luz diurna situados en la zona más inferior y en los flancos del paragolpes, que también contiene las luces antiniebla.

Pero el mayor cambio son las espectaculares luces principales de LED que se incluyen en toda la gama y que además de ser automáticas (se encienden solas) nos procuran una visión en horas nocturnas excelente. La parrilla, por su parte, no es espectacular, pero contiene el símbolo de Suzuki cromado en el centro al igual que el resto de las lamas de esa parrilla.


En el lateral observamos unas líneas espectaculares para ser el tipo del coche que es. Me explico. El paso de rueda trasero está muy abombado y es muy poderoso, que parte desde la zona frontal hacía la zaga. Es curioso que un coche de esta índole tenga esa tesitura y quieran representar esa imagen. Pero no es sólo por imagen, sino que la aerodinámica del conjunto también tiene mucho que ver en ello.


La imagen trasera es mucho más convencional. Es bastante vertical, con pilotos de tipo LED en la zona superior totalmente rojos, aunque incluyen las luces intermitentes. El paragolpes es voluminoso e incluye la luz antiniebla y la luz de marcha atrás en el centro, aunque estén un poco más expuestas a golpes. También hay una especie de protección de diferente color del resto de la carrocería. El portón del maletero nos permite una abertura amplia y la boca de carga nos queda bastante cerca del suelo, lo cual nos viene muy bien para cargar objetos voluminosos y/o pesados.


Abrimos ese maletero y nos encontramos un espacio de carga de 375 litros, que está bien, pero que no es equivalente para un vehículo de 4,2 metros. Bueno, a ver; es un tamaño semejante a los utilitarios o compactos actuales y el maletero es también bastante similar en tamaño, pero la altura debería de darnos más. Menos mal que los respaldos se abaten por secciones por si queremos ubicar objetos más largos o aumentar la capacidad, pero no me parece un maletero especialmente grande para un SUV. Aunque eso sí, está bastante bien aprovechado.


Entramos a las plazas posteriores y nos encontramos con un gran espacio y son bastante cómodas. Cualquier usuario de estatura media no tendrá ningún problema para ubicarse ni por altura, ni por anchura ni por espacio para las rodillas, aunque mejor dos ocupantes en esas plazas, porque ya sabemos que la plaza central es siempre un poco más angosta.


Delante nos reciben unos asientos cómodos, que no disponen de mucha sujeción lateral, sólo la suficiente. No está nada mal que se prime la comodidad a la deportividad en un coche así, porque no es precisamente un coche "tramero" si no más bien "rutero". No obstante, también es bastante fácil encontrar la postura ideal de conducción gracias a sus múltiples reglajes.

Una vez acomodados, nos encontramos un cuadro de mandos correcto, aunque no hay ningún alarde de lujo ni atisbo de exclusividad. Está construido, en su mayoría, con plásticos duros, pero resistentes al paso del tiempo y agradables al tacto, con algún que otro elemento revestido en cuero, como el volante multifunción, con un tamaño justo y con un tacto excelente. Además, está configurado de una forma muy vertical, algo que favorece mucho la accesibilidad a casi todo los mandos.


Ese volante multifunción es curioso, porque aglutina algunos mandos que utilizaremos más a menudo accesibles en los brazos laterales, pero otros botones están un poco menos accesibles y son un poco menos fáciles de accionar. Lo mismo nos ocurre con el acceso al ordenador de a bordo de la pantalla TFT central de la instrumentación. Parece puesto de cualquier forma y el acceso al mismo es mucho mejor hacerlo en parado, ya que hay que meter el brazo por el aro del volante o por el lateral del mismo.

Es curioso, ya que la información que nos puede llegar a ofrecer es muy extensa y dispone de hasta medidor de Fuerzas G y otros medidores de fuerzas y potencias que lo vería más apropiado para un vehículo de competición. Pero ahí está y considero que esa información debería poder consultarse desde un botón en una posición más convencional. Esa instrumentación es clásica, con dos relojes en los laterales y una pantalla TFT en el centro, correspondiente al ordenador de a bordo, y nos ofrece la información más relevante e inherente a nuestra conducción de una manera sencilla, sin florituras.


Como curiosidad, en el centro, por encima de la pantalla del equipo de infoocio, tenemos un gran reloj analógico con tipografía japonesa, que nos indica la hora y además, nos hace "aprender" algo. Debajo, situada de una manera elevada (más o menos) y bastante accesible, tenemos la pantalla táctil correspondiente al equipo de infoocio. Es una pantalla correcta, con los cuatro grandes grupos de acciones que más usaremos separados en grandes cuadrados y aparentemente ordenados, pero nos da la impresión de que es una pantalla vetusta y un sistema obsoleto respecto a lo que nos ofrecen otras marcas. Tiene botones de acceso a ciertos menús en los laterales y el dial de volumen del equipo de audio que son táctiles también, pero no acabo de pillarle la utilidad. Han querido ser originales, pero donde esté un mando físico... Es, simplemente, correcto.


Debajo nos encontramos los mandos físicos del sistema de climatización, en este caso de una sola zona, muy fáciles de interpretar y accesibles. Se agradece, la verdad, viendo la tendencia natural actual. Debajo nos encontramos algunos puertos de conexión un poco más escondidos y una bandeja muy práctica para dejar enseres que nos molesten en nuestros bolsillos o nuestro smartphone.


Algo que se agradece también en una marca como Suzuki es que, en casi todos sus modelos, desde las ediciones de acceso, disponen de asientos delanteros calefactados, algo que es muy agradable en climas fríos como el nuestro, cuyos botones están situados debajo del salpicadero, entre los dos asientos y de una forma muy accesible. Más atrás disponemos de la palanca de cambios manual de 6 relaciones con un funcionamiento muy bueno y unas inserciones de marcha muy bien escalonadas.


De todas formas, nuestra versión de pruebas era la más básica de la gama Vitara, pero no obstante su equipamiento de serie era bastante excelso con alarma antifatiga, faros LED, volante multifunción, control de parámetros con voz, ordenador de a bordo, aviso de cambio involuntario de carril, aviso de vehículo en ángulo muerto, llantas de 17", equipo de infoocio con pantalla táctil, asientos delanteros calefactados, climatizador automático, cámara posterior con alerta de tráfico cruzado, control de presión de neumáticos, control de velocidad de crucero adaptativo, asistente de salida en pendiente, reconocimiento de señales de tráfico o sensores de luces y lluvia entre otros elementos.


La mecánica es "café para todos" y se trata de un bloque 1.4 con turbo que genera 130 cv de potencia, con ayuda puntual de un sistema de microhibridación de 48V y una batería que se autorrecarga por medio de las frenadas, que son regenerativas, asociado, como hemos dicho, a un cambio de marchas manual de 6 relaciones y un tacto exquisito. Es la versión de acceso, pero podemos elegir nuestro Vitara con tracción a las 4 ruedas o cambio automático.

Con esta configuración, alcanzamos una velocidad máxima de 190 Km/h, con una aceleración de 0-100 Km/h en unos 10 segundos y un consumo homologado en ciclo mixto de 5,7 l/100 Km, lo que no es muy difícil de obtener gracias a la ayuda híbrida ligera que tenemos y que nos proporciona la etiqueta ECO de la DGT.


La dirección es ligera y poco comunicativa, pero es bastante sencillo hacerse a ella. Por su parte, los frenos son suficientes y gracias a la frenada regenerativa, podemos "jugar" a ser más eficientes en nuestra conducción y así, recargar más y mejor siempre.


En general es un vehículo muy rutero, en el que viajar y realizar travesías de larga duración es un auténtico placer gracias a su comodidad y su silencio de rodadura en orden de marcha. El esquema de suspensiones absorbe cualquier irregularidad con diligencia, procurándonos un compromiso justo entre confortabilidad y firmeza. Pero debido a esa ligereza de suspensiones no es un vehículo muy específico para realizar tramos a tumba abierta, ya que el volumen de la carrocería y su configuración, no lo hacen un vehículo muy específico para esos menesteres.


La mecánica reacciona con diligencia y contundencia a nuestras órdenes con el pedal del acelerador y se nos muestra muy activa en todo momento, con unas recuperaciones notables. El sistema micro híbrido nos ayuda y es muy relevante en acciones de adelantamiento, salidas de semáforos y, sobre todo, en materias de consumos, ya que el Vitara, a pesar de su estructura, no es precisamente un vehículo muy gastón.


La verdad es que sin ningún alarde en nada, sólo con una mecánica muy coherente y un equipo de serie bastante extenso, el Suzuki Vitara no destaca en nada pero lo hace todo bien. No es una mala opción de compra.


Datos técnicos:

Motor: 1.4T

Potencia: 130 cv

Vel Máx: 190 Km/h

Acel 0-100: 10,1 seg

Cons: 5,7 l/100 Km

Precio: Desde 25.120 euros (Versión probada)



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