Prueba: Renault Kangoo Combi 1.5 Blue dCi Zen
Hemos crecido junto con el Renault Kangoo, una furgoneta de carga que nos ha acompañado durante 3 generaciones, sustituyendo en su día a la incombustible Espress y que ha destacado siempre por su compacidad, su polivalencia y su practicidad. Hoy probamos para vosotros la nueva Kangoo, pero en su versión Combi destinada para el ocio y el transporte de pasajeros, que pueden ser mercancía (depende el caso o las personas), pero que les vamos ha llamar pasajeros.
Sin duda, hablaremos del Kangoo más familiar y que, recientemente, ha sido renovado y comparte muchas sinergias con el nuevo Mercedes Benz Citan, primos-hermanos en esta andadura.
La verdad es que esta nueva generación me parece mucho más madura y su imagen es muy bella. No se asemeja a lo que el común de los mortales entenderíamos por una furgoneta, sino que se orienta a un mundo de monovolumen que parecía extinto, pero que nos trae una enorme practicidad en nuestro día a día y para nuestro ocio.
Mide 4,49 metros de longitud y en ese tramo, nos encontraremos un vehículo polivalente, al que podemos atribuir muchos usos diferentes y con una conducción muy semejante a la de cualquier turismo convencional, pero con una posición más elevada y una mayor superficie acristalada que nos favorece una visión del perímetro muy mejorada.
Lo más curioso al ponernos a sus mandos, es que la sensación (obviando que vamos ligeramente más erguidos) es que estamos conduciendo un coche convencional en todos los niveles y en todos los aspectos. El cuadro de mandos, la conducción, el equipamiento de serie...; todo nos hace pensar que estamos en un vehículo convencional, pero luego llega una rotonda en la que vamos más "emocionados" y nos percatamos del volumen y la masa que tenemos entre manos.
Su diseño es atractivo, pero mantiene el volumen que tanto la ha caracterizado a lo largo de su vida, porque se ha diseñado como furgoneta de reparto y luego ha tenido sus variables y no al revés. Actualmente existen dos variantes, una de carga denominada Van y otra Combi para pasajeros y con la que podemos "jugar" un poco más, camperizarla, ir a trabajar, ir de viaje...; todo es válido para la nueva solución de Renault.
Tiene un frontal rotundo, con un paragolpes delantero bastante prominente que incluye las luces antiniebla en los flancos, con un pequeño adorno de aspecto cromado que las bordean y, como aditamento estético y funcional, incluye una especie de protector para los bajos de diferente color al de la carrocería. Por supuesto, no podía faltar una gran parrilla delantera de aspecto cromado con el enorme logo en el centro.
Los faros son de nueva hornada y destacan por su tamaño y su excelente campo de visión en horas nocturnas, son de tipo LED en su zona frontal. Se encienden cuando los sensores correspondientes detectan oscuridad, pero no cambian de luces cortas a largas, tarea que debíamos realizar nosotros. Las luces antiniebla correspondientes se iluminan cuando giramos el volante hacia una dirección u otra para iluminarnos esa porción de terreno y darnos más visibilidad. Esos faros principales contienen luces diurnas en forma de tres garras en su interior y convencionales alrededor de la tulipa.
Su imagen lateral es la de un furgón de carga, sin ningún tipo de floritura ni condicionante que aporte un grado de dinamismo como tal. Líneas rectilíneas de adelante a atrás y viceversa, aunque debemos destacar las barras en el techo de color negro y las prácticas puertas correderas para acceder a la parte posterior. Parece una tontería, pero esas puertas facilitan mucho la entrada y salida, ya que nos dejan un espacio bastante diáfano y grande, además de que no tendremos problemas para subir o bajar del vehículo si lo aparcamos muy cerca, ni rallarlos, de los aparcados previamente.
Detrás tiene una imagen vertical. El portón del maletero es grande, nos ofrece una gran visión trasera, está coronado por una especie de alerón y se abre hacia arriba, aunque con un pequeño sobreprecio, nos pueden instalar dos puertas que se abran hacia los lados. Su boca de carga nos permite ubicar enseres voluminosos y pesados, ya que su perfil inferior, nos queda muy cerca del suelo. El paragolpes también incluye una especie de protector de otro color para los bajos con sus correspondientes sensores de aparcamiento. Por último, en los flancos, nos encontramos con unos pilotos de nueva hornada que son halógenos, pero contienen una iluminación permanente de tipo LED que le aporta una gran personalidad al conjunto.
Abrimos el enorme portón y, obviamente, repetimos que de origen es un furgón de carga y el espacio es una de sus mayores virtudes, así que nuestra versión Combi, con cinco plazas, tiene un enorme maletero de 775 litros, muy aprovechable hasta el techo, muy diáfano y se nos presenta como un espacio muy interesante y proporcionado para hacer esas escapadas con la familia.
Nos incorporamos al interior y empezamos desde atrás, sitio al que accedemos desde las puertas correderas, que ya os he dicho que son extremadamente prácticas. Nos encontramos con una banqueta corrida, aunque con los asientos muy bien delimitados y reposacabezas en cada uno de ellos. La plaza central es, probablemente, de las más cómodas que nos podamos encontrar, ya que además de ser un poco más grande de lo habitual, también cuenta con un suelo prácticamente plano y así confortar mejor las piernas. Otra cosa que me llamó mucho la atención es que las puertas correderas tenían ventanillas eléctricas, como las de cualquier otro coche, algo que no es muy habitual en este tipo de vehículos.
Delante nos reciben unas butacas cómodas, pero que no destacan en sujeción lateral para nuestros cuerpos. No es precisamente un vehículo "tramero". El cuadro de mandos es muy parecido a lo que nos encontraremos en un turismo ensamblado por la marca francesa. Enseguida nos encontramos la posición ideal y estamos un poco más altos, pero sin llegar a los extremos que nos podamos encontrar en un SUV. Por su parte, gracias a las grandes superficies acristaladas, contamos con un amplio campo de visión en todos los niveles.
La instrumentación nos muestra la información más relevante y, a pesar de no ser entera digital (disponemos de los dos relojes de las revoluciones y el velocímetro), en el centro sí que lo es y podemos cambiar la información a nuestro antojo, gracias al volante multifunción, con unos gráficos muy atractivos y libres de reflejos incómodos de la incidencia del sol.
En el centro y de una manera elevada y en un lugar privilegiado, veremos la pantalla del equipo de infoocio táctil y de 8", aunque en este caso no es vertical como ocurre con otros modelos de la marca. Es de rápidas reacciones y desde ahí podremos visionar y actuar sobre algunos parámetros del sistema y del ordenador de a bordo, además de poder ver las imágenes del navegador o de la cámara trasera de ayuda al aparcamiento. Se ve bien y existen unas guías para posicionar el vehículo, además de que en un lateral de la imagen nos encontramos con la imagen del alcance de los sensores perimetrales y es compatible con los protocolos Android Auto y Apple Car Play.
Es de aspecto flotante y parece que está insertada en una peculiar moldura de madera cepillada que le da muchísimo caché al interior del vehículo y que contiene unos botones para simplificar algunas tareas y muy accesibles. Debajo de esa moldura nos encontramos con el sistema de climatización bi-zona del que disponíamos, muy sencillo de utilizar y de acceder y el botón de arranque.
Más abajo, tenemos una bandeja para vaciar los bolsillos y también, para cargar el smartphone de manera inalámbrica por medio de inducción si así lo deseamos. Y es que será por huecos, ya que el Kangoo destaca precisamente, por tener varios huecos repartidos por todo el habitáculo. Por poner dos ejemplos, existe una bandeja superior a la altura de los parasoles delanteros y hay otros huecos sobre el salpicadero. En el retrovisor interior, también tenemos el sistema de llamada de emergencia, muy accesible por si tenemos algún percance indeseado.
Los materiales utilizados tienen un aspecto sólido y están muy bien ensamblados entre si, además de tener ese toque de clase por la moldura de madera. Es la versión Combi y está muy orientada a los viajes por carretera, pero todo el interior es muy turismo y no nos da la impresión de estar ante un furgón.
También, y por primera vez en mucho tiempo, probamos un coche con motor convencional y !!diésel!!!, algo que nos reconfortó mucho. Por fin un motor de verdad. Se trata de un 1.5 diésel con 95 cv, que nos arroja unas prestaciones discretas de 165 Km/h de velocidad punta, una aceleración de 0-100 Km/h en 15,1 segundos y lo más valorable en un vehículo de estas características, un consumo homologado en ciclo mixto de 5,5 l/100 Km.
Estaba asociado a un cambio de marchas manual de 6 relaciones, con unos cambios muy bien estudiados y una guiabilidad muy buena. De hecho, esa caja de cambios podría soportar cifras de potencia y par mayores sin problema.
Esas discretas prestaciones se ven traducidas en un vehículo tranquilo, con el que hay que conducir relajados y sin prisas, ya que igual un poquito más de potencia no le habría venido mal a esta versión. No me entendáis mal, es muy fácil de conducir y es muy agradable, además de que se ha puesto especial énfasis en la insonorización del habitáculo; pero hay que pensarse mucho las maniobras de adelantamiento, por ejemplo. Las recuperaciones no son uno de sus fuertes, aunque es bastante sencillo ponerse al ritmo de circulación del resto del tráfico.
No obstante, además de ser la versión Combi, dispusimos del acabado más dotado denominado Zen, que entre otros elementos nos traía control de velocidad de crucero con limitador, lector de señales de tráfico, ordenador de a bordo, llantas de 16", apertura y arranque sin llaves, cámara de ayuda al aparcamiento trasera, pantalla de equipo de infoocio táctil de 8", alerta de cambio involuntario de carril, ayuda de arranque en pendiente, sensores 360º, sensores de lluvia y luces, ayuda a la frenada de emergencia, control de presión de neumáticos, detector de fatiga, detector y aviso de vehículos en ángulo muerto, climatizador bi-zona, volante multifunción, Start/Stop o llamada de emergencia.
La dirección es directa y no había que hacer correcciones en mitad de una curva. La verdad es que al ser un vehículo rutero, es bastante cómoda de dosificar. Por su parte, el esquema de suspensiones era confortable en todo momento y no pecaba de ser blando en las curvas, absorbiendo perfectamente cualquier bache que nos encontráramos en el terreno. El único "pero" radicaba cuando íbamos por ciudad despacio y nos encontrábamos con una zona muy rota, ya que al tener las ruedas en los extremos, sí que se dejaban notar mejor las imperfecciones del asfalto.
Pero en conclusión y si no contamos las pequeñeces que tiene todo vehículo (nada ni nadie es perfecto), el Renault Kangoo Combi es un excelente rutero y una alternativa genial a los SUV que tan de moda están últimamente. Es un vehículo muy coherente, con un espacio sublime, tanto para el equipaje como para los pasajeros, tiene un equipo de serie muy aceptable, es muy cómodo a todos los niveles y se conduce como si fuera un turismo y además, gasta muy poco combustible en los trayectos más largos.
Es una lástima que el motor, de tan solo 95cv se nos quede un poco corto y que un motor más poderoso podría provocarnos más sensaciones, porque el cambio manual es muy bueno. También nos echa un poco para atrás el precio de adquisición, que para ser un vehículo, más o menos comercial, nos parece un poco abultado. Vale que es la versión más dotada y que no es un vehículo profesional y es de ocio, además está el tema de los chips y tal, pero aún así, nos parece un poco abultado. Mejor hablar con los comerciales correspondientes y cruzar los dedos... Pero en conclusión, el nuevo Kangoo Combi nos parece una alternativa genial a los SUV de toda índole. Me ha gustado.
Datos técnicos:
Motor: 1.5 dCi
Potencia: 95cv
Vel Máx: 165 Km/h
Acel 0-100: 15,1 segundos
Cons: 5,5 l/100 Km
Precio: Desde 26.130 euros (versión probada)
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