Lo demás es historia: Mercedes 300 SL "Gullwing"
Hoffman, que tenia trato habitual con Mercedes Benz y era importador para E.E.U.U, presionó a la casa para que desarrollaran el 300 SL. Para ello, Hoffman justificaba conocer a la perfección el público estadounidense; por lo que pronto en Stuttgart empezaron a desarrollar el famoso Alas de Gaviota.
Se fabricó inicialmente con carrocería coupé y luego también como descapotable y algunos consideran al 300 SL uno de los primeros superdeportivos fabricados en la historia.
Se le dio el apodo de Widowmaker ("hacedor de viudas"), porque muchos conductores murieron al estrellarse con su 300 SL. Lo que no es de extrañar teniendo en cuenta que su motor 3.0 (de donde recibía el nombre de 300) y SL (Super Ligero), de refrigeración líquida, entregaba 215 CV de potencia (243 CV de potencia en las versiones de competición) y alcanzaba una velocidad máxima de 250 km/h en ambos casos, cifras más que suficientes para considerarlo uno de los primeros superdeportivos de la época.
El 300 SL es conocido por sus distintivas puertas de ala de gaviota (Gullwing en inglés, de ahí su apodo) y por ser el primer automóvil en montar un motor de gasolina con inyección directa. La versión "Gullwing" se fabricó desde 1954 hasta 1957.
Se presentó, oficialmente, el 6 de febrero de 1954 en el salón de Nueva York como uno de los vehículos de calle más rápidos y avanzados del momento. Automáticamente, el 300 SL tuvo un éxito arrollador, mucho más éxito del que la marca alemana esperaba.
Así pues, Mercedes opto por utilizar todos los medios de que disponía en el desarrollo de lo que seria el coche deportivo mas avanzado del mundo y tardó en desarrollarlo, tan sólo, 5 meses. Con su chasis de estructura espacial, fabricado de aluminio y tubular; cuerpo de aleación de magnesio, carcasa de transmisión de aleación y otras medidas de ahorro de peso; el Mercedes Benz 300 SL "Gullwing" no necesitaba tanta potencia como sus rivales de Jaguar y Ferrari, aunque sí que es cierto que tenía mucha para la época.
Pero una vez acabado, se dieron cuenta de un detalle. Los laterales, donde debían estar las puertas, eran atravesados por varias de esas barras de su chasis tubular. Eliminarlas o rediseñarlas supondría perder rigidez torsional y perder velocidad en su paso por curva. Así que se decidió “inventar” unas nuevas puertas, unas que dejan la entrada más alta de lo normal, y que deben abrirse hacia arriba para dejar paso al conductor.
Sin querer y por necesidad se sacaron de la manga las puertas de tipo "Alas de Gaviota" que, a la postre, se han convertido en un icono en la marca y han hecho del 300 SL un coche muy especial y bello.
No obstante, en Europa, no era un coche de lo más lógico. La gente estaba todavía intentado salir de la depresión de la II Guerra Mundial, y si en España todavía no teníamos el Seat 600, a los alemanes aún no les había llegado el BMW Isetta. El mítico Volkswagen Beetle sí, pero como Hitler había estado detrás de aquel proyecto, la verdad, no es que fuera muy popular por aquel entonces.
Así pues, vender un 300 SL era una autentica locura, ya que estaríamos hablando de un coche de competición carrozado en la actualidad. Deportivo, caro y lujoso. No cabía en la cabeza de nadie en esos años.
En su interior se aprecia un lujo elevado, con metales cromados, tiradores mecánicos, cuero por todas partes, excelentes remates o unas costuras medidas y muy bien elaboradas. Son cosas que no se estilaban mucho en aquella época, y que algunas ahora ya no hay.
Los asientos son los más deportivos de la época y recogen bien el cuerpo, pero solo la parte inferior, ya que no dispone de ningún tipo de sujeción lateral, y no tienen reposacabezas, así que cuidado si nos "sacuden" por detrás, que seguro que se nos "tronza" el cuello. Obviamente, al ser un deportivo, la postura de conducción es muy baja y tendida, pero el volante no queda demasiado paralelo al conductor. En general, el aspecto es de coche de lujo con diseño deportivo, no de coche de carreras convertido a modelo de serie.
A día de hoy, el 300 SL, con sus puertas únicas y primicias tecnológicas (aunque fuera por casualidad), es considerado uno de los modelos de Mercedes Benz más coleccionables de todos los tiempos, con precios que alcanzan aproximadamente 1.000.000 de euros cada uno (posiblemente bastante más). Y no me extraña, porque de él sólo se fabricaron 1.400 unidades para todo el mundo, así que es un bien escaso.
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