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Lo demás es historia: 40 años del Citroën BX


El BX tiene una historia rica e inesperada en la vida de Citroën y la automoción, lo que se refleja en el éxito comercial que logró durante sus 12 años de existencia. Naturalmente, tiene un lugar en los corazones de los propietarios y coleccionistas de automóviles. 


Se presentó el 23 de septiembre de 1982 y se celebraron los 40 años en Francia el 24 de septiembre. Pero ese 23 de septiembre del 82 caía la noche, y una gran multitud había abarrotado el Champ-de-Mars. Sus ojos se dirigieron hacia el primer piso de la Torre Eiffel, ya que Citroën siempre ha hecho presentaciones de referencia, donde se encontraba colgada una gigantesca caja de madera con la inscripción "Voilà la nouvelle Citroën". 


En un vertiginoso espectáculo de luz y sonido, la caja de madera fue bajada lentamente al suelo. La caja finalmente se abrió para revelar el BX,
que así comenzó su increíble carrera comercial con una gran ovación y con la Torre Eiffel adornada con dobles chevrones y envuelta en un gran espectáculo de fuegos artificiales.


Unos días después, el 30 de septiembre de 1982, el 69º Salón del Automóvil de París abrió sus puertas en el recinto ferial Porte de Versailles, dando el pistoletazo de salida a la venta del BX, que se convirtió en una de las estrellas indiscutibles del salón.


Lanzado en 1978 con el nombre en clave "XB", el proyecto Citroën BX finalizó sus especificaciones en noviembre de 1979. Los principales objetivos del futuro BX eran garantizar que fuera reconocido como un vehículo moderno, no convencional (muy típico de Citroën), haciendo mucho énfasis en la innovación. El BX iba a ser un vehículo de motor transversal, con masa limitada para asegurar una buena aceleración y un bajo consumo de combustible, lo que representaba un ahorro de costos en el contexto de la época. Como todos los Citroën de gama alta de esta época, el BX estaba equipado con un sistema de suspensión hidroneumática para garantizar el confort y el agarre a la carretera. El BX tenía una carrocería hatchback de 5 puertas.


En el desarrollo se invirtió mucho en el programa CAD para acelerar el diseño y optimizar las prestaciones. Gracias a este método, el BX consiguió un buen coeficiente aerodinámico de 0,34 y fue innovador en el uso de materiales compuestos para piezas como el paragolpes, el portón del maletero, el capó y los paneles laterales, alcanzando un peso de solo 885 kg (una de las premisas fundamentales).


De hecho, fue el primer vehículo producido en masa en utilizar un capó de compuesto de fibra de vidrio de poliéster comprimido, un portón trasero de compuesto de fibra de vidrio de poliéster inyectado, una luneta trasera adherida e incluso faros con reflectores parabólicos con dos superficies reflectantes homofocales.


Por otra parte, los motores del BX se tomaron del propio banco de trenes motrices del grupo. Equipado con potentes motores desde el origen con un 1.360cc de 62 y 72 CV y un 1.580cc de 90 CV, el BX fue sorprendentemente dinámico. Luego se sumaron más motores y más tipos de carrocerías.


De hecho, la marca era tan innovadora que, en 1985, Citroën fue el primer fabricante francés en ofrecer una versión diésel automática. La empresa volvió a innovar en 1987 con la introducción del primer automóvil francés de producción masiva equipado con un motor de 16 válvulas. 


Con el BX, Citroën se fijó un doble objetivo: entrar en el mercado de vehículos de clase media-alta y convertirse en el sucesor de GSA (ardua tarea). Para lograrlo, el BX se basó en serios argumentos técnicos para garantizar comodidad, dinamismo y economía de uso, así como una nueva imagen con un diseño rompedor.


Citroën se acercó al famoso carrocero italiano Bertone para diseñar el BX. El diseñador Marcello Gandini ("padre" de coches tan emblemáticos como el Miura, Countach y Stratos) propuso entonces una forma original, robusta pero sin excentricidades. Destacó en el panorama automovilístico de la época y, aunque se "lució" con el BX, no se le atribuye ese éxito. 


El habitáculo también era llamativo, con un cuadro de instrumentos inspirado en el CX que presentaba elementos característicos como los controles satelitales a ambos lados del volante y el tacómetro retroiluminado.


El BX convenció instantáneamente a la prensa, sedujo a la clientela de Citroën y ganó nuevos clientes. Fue un gran éxito comercial


Fue construido en la planta de Rennes La Janais en la Bretaña francesa y en la planta de Vigo en España, y se vendieron 2.337.016 unidades antes de que finalmente terminara su producción en junio de 1994. Como uno de los automóviles más vendidos de Citroën, el BX sin duda contribuyó a la reactivación de la marca en la década de los 80´s.


La comercialización del BX duró 12 años, que estuvieron marcados por numerosos cambios de carrocería. En 1985 se añadió a la gama una versión familiar, 17 cm más larga que la berlina y denominada Evasion, así como la versión de empresa que apareció un año antes. En una importante actualización de 1987, el BX recibió un exterior más suave y un cuadro de instrumentos completamente nuevo.


Tampoco se pasó por alto el equipamiento de lujo con, por ejemplo, techo corredizo, aire acondicionado, instrumentación digital, tapicería de terciopelo, llantas de aluminio, reloj digital y ordenador de a bordo que permitieron que el BX se mantuviera fiel a su imagen de vehículo moderno.


Mecánicamente, el BX se mantuvo a la vanguardia de la tecnología con motores que desarrollaban hasta 160 CV (aunque fueran compartidos en el Grupo PSA), inyección electrónica con catalizador y sonda lambda, motor diésel, caja de cambios automática, tracción total permanente y frenos ABS. 


También dio lugar a una versión preparada para el "bestia" Grupo B de rallyes con un motor de 2141cc, 200 CV y que alcanzaba los 220 km/h.


La vida del BX también contó con numerosas ediciones limitadas (Tonic, Image, Calanque, Leader, etc.) incluido el famoso Digit con su panel de instrumentos completamente digital.

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