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Prueba: BMW i4 eDrive40 Gran Coupé Pack M


Cuando probamos las ventajas de toda la gama i del Grupo BMW, por un tema de logística no pudimos comprobar las virtudes «in situ» del espectacular BMW i4. Menos mal que un poco más tarde ha pasado por nuestra ciudad y gracias a la llamada de la concesión, pudimos conducir y ver a semejante joya automovilística del presente, pero que nos acerca de forma muy latente hasta el futuro.


Estaba de paso, pero aunque breve, mantuvimos una toma de contacto muy reveladora en una berlina de lujo y deportiva, plenamente eléctrica, de una marca de referencia como BMW.


Con una longitud de 4,78 metros (no es pequeño), digamos que es un Serie 4 Gran Coupé electrificado, pero aunque compartan medidas y plataformas similares, hay algunas diferencias notables entre uno y otro modelo. Para empezar; el i4 es una berlina 100% eléctrica con todo lo que ello conlleva y sus peculiaridades. No emite ningún tipo de emisiones al conducir y en vez de litros cada 100 Km, hay que medir su consumo en Kwh cada 100 Km.


Obviamente, no existe motor de combustión de ningún tipo y en el vano motor nos encontramos con una especie de tapa que nos deja un hueco enorme en la parte delantera. No os penséis que es una especie de «estafa» (o sí), porque podemos ocultar algún enser debajo, aunque no es un maletero como tal y no ofrece esa opción, pero si no vamos a utilizar mucho lo que escondamos ahí… Lo que es indudable es que es bastante útil en materia de seguridad, en el caso de tener un choque frontal.


Bajo el piso y que compone también el chasis del BMW, nos encontramos con una gran batería con 80,7 Kwh de capacidad útil, que se puede recargar por medio de nuestro enchufe casero, un enchufe rápido y frenadas regenerativas. En el mejor de los casos, podríamos hacer una recarga hasta el 80% en un enchufe rápido en una media hora, y nos ofrece unos 589 Km de autonomía total con la batería cargada al 100%. Al ir debajo, el i4 es un poco más alto que el Serie 4, pero eso no limita sus capacidades aerodinámicas. Digamos que todo lo contrario, ya que el centro de gravedad es más bajo por esa batería y cuenta con alicientes y acoples que no podría montar un Serie 4.


Ya estamos entrando en materia de autonomías correctas para poder viajar con un coche eléctrico. Aunque activemos los diferentes componentes electrónicos de confort e información, la autonomía no se ve mermada en exceso y eso es una buena noticia para los vehículos enchufables.


Básicamente, podríamos hablar de un rival directo del defendido Tesla Model 3 (a mí no me gusta Tesla). El BMW es mucho más bonito por fuera y por dentro y está mejor terminado en todos los aspectos, aunque su carga es menos rápida que la del Tesla.


Abrimos el maletero, con accionamiento eléctrico y aunque es un coche largo, no cuenta con muchísimo espacio de carga. Es un Gran Coupé, pero tiene un maletero equivalente a la versión coupé, concretamente 470 litros. Es un espacio muy aprovechable, no hay que preocuparse, pero es menos capaz que lo que nos podríamos encontrar en un Serie 4 Gran Coupé convencional de combustión.


Detrás tenemos unos asientos muy cómodos con mucho espacio en todos los ámbitos, aunque hay que «doblarse» bastante para acceder al coche, ya que, no debemos olvidar, que tiene carrocería coupé y es muy deportivo. El coche en general es bajo, pero una vez dentro no tendremos muchos problemas para ubicarnos, aunque mejor dos personas, porque tres irían muy incómodas debido a la transmisión que pasa por un túnel central muy voluminoso y con los mandos de la climatización para esa zona en el centro. No iremos mal, pero sí que es cierto que los asientos están situados muy bajos y es probable que en un viaje largo, los pasajeros de esas plazas se cansen más de la cuenta.


Delante nos reciben unos asientos muy confortables y con ciertos tintes deportivos que sujetan muy bien el cuerpo. Opcionalmente existen otros asientos aún más deportivos, pero eso es harina de otro costal. Tienen regulaciones eléctricas en todos los campos y nos encontraremos muy rápido con una modalidad de conducción ideal. No debemos olvidar que, si hay una cosa que ha caracterizado a BMW durante años, es su postura de conducción. El salpicadero nos «arropa» siempre, nos pongamos en la situación que nos pongamos.


Ante nosotros nos encontramos una gran pantalla digital y configurable desde el volante multifunción con 12,3″ que nos ofrece una gran información, muy legible y muy sencilla de interpretar. Está unida a una gran pantalla táctil del equipo de infoocio de 14,3″ de una manera curva y de forma continuada. Corresponde al nuevo cockpit de la marca y ya lleva el último sistema operativo de BMW. Los menús correspondientes son rápidos y fáciles de accionar, pero el vehículo cuenta con tanta tecnología e información, que será mejor que configuremos todo antes de emprender la marcha.


En ese sistema operativo tenemos de todo lo que podamos imaginar y la pantalla nos ofrece mucha información sobre nuestra conducción real, los datos pertinentes, las imágenes de la cámara de ayuda al aparcamiento trasera, navegador, el tiempo en nuestra ruta o cosas así. Esa información la podremos dividir en grupos para tener lo más utilizado, siempre, a mano.


Pero exceptuando el increíble sistema de información que tenemos y además de ese volante con un acabado y tamaño excelentes, que es multifunción también, con muchos elementos y botones para que no tengamos que soltarlo casi nunca, obtenemos información real sobre la velocidad y varias cosas más por medio del HUD proyectado en el parabrisas delantero para que tampoco tengamos que desviar la vista de la carretera.


Más abajo tenemos mandos físicos para el sistema de climatización (que se agradece, y mucho), que podemos activarlos de una manera muy sencilla y están muy cerca de nuestro ratio de acción.

Entre los dos asientos, aunque sólo tenga una marcha, nos encontramos con el selector del cambio necesario, con un diseño muy específico y motivos en azul, que nos indica que estamos conduciendo un vehículo plenamente eléctrico. Alrededor existen algunos botones que nos sirven como centro de control, como el botón de arranque y parada (muy importante) o los botones con los que elegimos los modos de conducción como el ECO-Pro, Comfort y Sport, además del modo Individual, que regulan el tacto de la dirección, la respuesta del motor o, si se diera el caso, la dureza de la amortiguación.


Es curioso, porque el BMW i4 es silencioso en todos los modos, pero cuando activamos el modo Sport, emerge un sonido muy evocador (aunque artificial, obviamente), que nos invita a explorar las posibilidades y los límites de esa berlina deportiva, al igual que si fuera un motor de combustión y compuesto por un reputado compositor alemán que participó en la banda sonora de, por ejemplo, la «Guerra de las Galaxias».

A la derecha de ese selector del cambio nos encontramos el mando giratorio i-Mode, que simplifica algunas operaciones que vayamos a realizar sobre el equipo de infoocio, de una manera muy fácil e intuitiva. Muy mejorado, gracias a las sugerencias de los clientes, desde que apareció en el Serie 5 por primera vez, que era un poco lioso.


No obstante, hay dos modalidades de BMW i4; el deportivísimo denominado M50 y el nuestro i4 eDrive40, aunque el nuestro contaba, opcionalmente, con el paquete estético M, que no mejoraba las cualidades dinámicas del conjunto, pero que tenía algunos alicientes que mejoraban, sustancialmente, la imagen proyectada del conjunto. De todas formas, exceptuando el acabado M y algunas opciones, nuestra unidad estaba plenamente equipada con navegador, asistente de arranque en pendientes, iluminación interior, lector de señales de tráfico, HUD, volante multifunción, climatizador tri-zona, control de velocidad de crucero adaptativo con limitador, instrumentación digital con pantalla de 12,3″, equipo de infoocio con pantalla táctil de 14,3″, control de funciones por voz, llantas de 19″, cámara de ayuda al aparcamiento trasera, sensores de luces y lluvia, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, dtección de peatones y tráfico cruzado trasero, detección de vehículo en ángulo muerto, aviso de atención al volante, asistente de cambio involuntario de carril, control de presión de neumáticos, ordenador de a bordo, faros delanteros y traseros de tipo LED, modos de conducción, ajustes de asientos delanteros eléctricos, entre otras cosas.


Por supuesto, es un coche 100% eléctrico, por lo tanto, el motor que monta el i4 es eléctrico. Genera un equivalente de 340cv, con un Par máximo instantáneo de 430 Nm y una autonomía que se acerca a los 600 Km, concretamente, 589 Km homologados. Mueve a las ruedas traseras, es un BMW, tiene un paquete específico M y una potencia y un Par descomunal, así que debería ser una auténtica «bomba» en cuanto a su conducción. Pues sí, pero no. Sus prestaciones máximas son de 190 Km/h de velocidad punta, tiene una aceleración de 0-100 Km/h en 5,7 segundos y un consumo energético de unos 16,1 Kwh cada 100 Km.


Es un coche con una imagen estética mucho más deportiva de lo que os pueda parecer pero, a pesar de que sea un BMW muy potente y tracción posterior, con un cierto talante deportivo, es una berlina que está más orientada al confort de marcha, a la efectividad y al silencio de rodadura sobre todas las cosas. El placer de conducción es sublime, pero si nos queremos «desfogar» con él, su elevado peso hará de las suyas y es probable que no sea tan divertido como esperamos.


Sí, es cierto que si activamos el modo Sport, el sonido nos puede invitar a «jugar» un poco con el vehículo, su fascinantes aceleraciones, su dirección directa y su tracción, pero cuando afrontamos una carretera con curvas, es probable que el conjunto haga de las suyas y no sea tan efectivo como un coche de combustión en igualdad de condiciones. Además, el consumo de energía en esa modalidad es mucho mayor y, no queremos eso para un coche eléctrico.


La dirección es directa en la modalidad que sea, quizás un poco más ligera si activamos el modo ECO-Pro, muy específico y orientado a una circulación ciudadana. Por su parte, y a pesar de un elevado peso en báscula, el equipo de frenos es muy efectivo y dilapidante y frena extremadamente bien al conjunto, además de generar energía que, de otra forma, se perdería. Aquí va a la batería para extender un poco más su autonomía. No obstante, también tenemos una posición «b» en la palanca de cambios que casi nos permite circular, con previsión, en modo «one pedal».


Bien sea de una manera o de otra, el coche frena muy bien y los discos y las pinzas tienen un gran mordiente, tanto, que no logré «pillarle» el tacto concreto a ese pedal, ya que frenando en los semáforos hubo muchas ocasiones en las que me pasaba y se notaba en el interior. Lo que no me pareció es que recuperase mucha energía en esas condiciones, aunque tampoco estuvimos mucho tiempo para comprobarlo.


La amortiguación me gustó en pos de la comodidad de marcha, ya que no se percibía ningún tipo de sacudida en el interior cuando atravesábamos una zona bacheada y contenía bastante bien al conjunto en curva gracias a un centro de gravedad bajo, pero el peso se notaba en esa índole, así que mejor circular relajados y disfrutando del trayecto.


Sin duda, es un coche muy efectivo, efectista, con una grandiosa tecnología, confortable y con una autonomía bastante real que nos permitirá viajar sin el miedo a que nos quedemos «tirados» en mitad de la nada sin energía; pero aún con reminiscencias, se ha perdido un poco la esencia que nos ha procurado siempre una marca como BMW en sus coches. Pero los tiempos cambian amigos y hay que adaptarse a ellos.


Datos técnicos:

Motor:
Eléctrico

Potencia: 340cv

Vel Máx: 190 Km/h

Acel 0-100:
5,7 seg

Cons: 16,1 Kwh/100 Km

Precio: Desde 61.900 euros (versión probada)

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