Prueba: Renault Austral Techno Esprit Alpine
Podríamos determinar que, aunque el diseño no sea autóctono, lo demás sí que podríamos decir que es Made in Spain, ya que las cajas de cambio y los motores son de Sevilla y se ensambla todo en la factoría de Palencia para todo el mundo. También podemos decir que el Austral es uno de los productos de Renault más importantes, ya que tiene la labor de sustituir a los extintos Renault Kadjar y Renault Koleos, uno más exitoso que el otro. Pero además, tiene el deber de tener éxito comercial.
Con esta "papeleta" encima llega el Renault Austral y además llega en uno de los momentos en la automoción más complejos. Bueno; éxito parece que va a tener, ya que es uno de los vehículos que han pasado por mis manos que han levantado más expectación.
Tiene una carrocería SUV, que es lo que se lleva, y una estética muy de la marca y muy similar al Mégane actual. También tiene una carrocería con una cierta similitud a un coupé, pero parcial, porque a pesar de su cierta caída del techo no llega a ser tan abrupta para orientarnos visualmente a un coupé. También han aprovechado una marca "independiente" como Alpine y el paso de nuestro piloto estrella Fernando Alonso por esa escudería, para hacer del Austral una versión (versiones) más deportiva con el símbolo y el nombre de esa marca, que "vende" más. De hecho; cuando Fernando Alonso pasó por Renault, aprovecharon su imagen para determinar que sus coches eran lo mejor y así, aumentar un poco más el rango de precios.
La marca francesa hace buenos coches, pero la escudería, llámese Renault o Alpine, poco o nada tiene que ver con los coches de calle. Eso sí, el nombre y la imagen son "prestados".
Del Austral, producto importante e imponente donde los haya, debemos decir que es un vehículo de 4,51 metros de longitud que nos permite un buen espacio interior, bien por su gran maletero o por su habitabilidad interior, además de contar con una gran tecnología punta en su haber y también con una gran conectividad, ya que además de cargador de smartphone wireless para los pasajeros delanteros y varios cargadores (puertos USB) repartidos por el habitáculo, el sistema operativo del vehículo nos permite cierta conexión compatible con los sistemas Android Auto o Apple Car Play y red wifi.
En la visión frontal nos encontramos con una estética muy similar a lo que conocemos de la marca francesa, pero más imponente y rotunda que nunca. Mantiene los faros, de tipo LED y con forma de C invertida con luz diurna e intermitentes integrados dentro de la tulipa principal.
El radiador se nos presenta con un entramado muy deportivo y el símbolo de la marca en el centro. Como es un nuevo producto, el logo ahora es más grande y se nos muestra con el nuevo diseño adoptado por la marca. Por otra parte, el paragolpes delantero, además de incluir diferentes sensores para diferentes funcionalidades, también observamos que era bastante elaborado e integraba muy bien todos los elementos que conforman ese frontal. En sus laterales, se observan dos aberturas hacia los pasos de rueda, para canalizar el aire frontal hacia los laterales del vehículo. En los pasos de rueda traseros observamos que existe un apéndice extra que hace que ese aire no genere turbulencias incómodas en la zaga. Pura aerodinámica.
Dentro del entramado deportivo del radiador inferior, nos encontramos con una aplique precioso, de diferente color al de la carrocería y que orienta el aire frontal hacia los laterales. Por otra parte, el capó también se nos muestra con una orientación muy aerodinámica, ya que, independientemente la versión que estemos conduciendo, existen una profusas hendiduras, que ya hemos visto en otros productos galos (de otras marcas), que tienen su función y que también son una seña de identidad propia.
Si pasamos al lateral, observamos una carrocería de tipo SUV pero con cierto talante deportivo. Lo primero que nos llama la atención de esa vista, son sus preciosas llantas específicas y oscurecidas de 20" con el sello Alpine (que es la terminación) en uno de sus radios.
También nos gusta mucho la combinación de dos colores de la carrocería, ya que al azul característico de la marca, se une un color negro en el techo y en los montantes frontales. La combinación le queda muy bien y viste mucho al conjunto. Ese techo tiene una ligera caída en la parte final, culminada con un pequeño alerón trasero. Esa pequeña caída le da un toque deportivo, pero no influye ni en la habitabilidad interior ni en la capacidad del maletero.
En esa vista lateral también observamos una línea ligeramente ascendente, que le aporta un poco más de pimienta, además de unos bajos y unos pasos de rueda en diferente color al de la carrocería, para reforzar la idea de que estamos ante un SUV y justo por encima de los pasos de rueda delanteros, nos encontramos con la inscripción Alpine, para que no se nos olvide nunca que versión tenemos entre manos.
Detrás nos encontramos una iluminación muy reconocible de tipo LED con las luces intermitentes dinámicas y un paragolpes bastante profuso que no limita mucho el acceso a la boca de carga del maletero. En la zona más baja de ese paragolpes nos encontramos con las luces de marcha atrás y antiniebla, para mi gusto, bastante expuestas a pequeños golpes. El portón del maletero tiene accionamiento eléctrico y el piso de ese maletero se puede colocar en dos niveles. En su nivel más capaz, puede albergar hasta 575 litros, muy aprovechables.
Nos adentramos en las plazas posteriores y nos reciben unos asientos muy cómodos y con cierto talante deportivo que recogen muy bien nuestro cuerpo. No existe ningún problema ni estrechez en ninguna de sus cotas. En el centro nos encontramos con sendos puertos USB para los pasajeros que se agradecen y el clima con el que nos encontramos es, en general de carácter premium, ya que el tapizado y las molduras de las puertas es de tejido Alcantara o similar con pespuntes en color azul.
El volante también está parcialmente tapizado en Alcantara en su zona inferior. Es muy deportivo sí, pero sus formas no son redondas en todas sus cotas, por lo que habrá que acostumbrarse al tacto. Tiene sendas levas para actuar de forma secuencial sobre el cambio de marchas automático de 7 relaciones, con un escalonamiento muy bueno, aunque si no vamos a realizar una conducción deportiva, mejor ir siempre en automático que es más cómodo.
En los brazos existen varios botones con los que activaremos diferentes equipamientos del vehículo que más utilizaremos. También contiene un botón especial bastante grande, que lo hizo famoso una marca como Ferrari y lo popularizó Alfa Romeo. En esos vehículos servía para arrancar el motor y en el Renault Austral, es el botón del sistema Multi Sense, con varias modalidades diferentes de conducción.
No me entendáis mal, el Austral también arranca por medio de un botón, pero éste está situado en el salpicadero y es más común. El Multi Sense es bastante fácil de activar y en nuestra mano podemos elegir entre los modos de conducción ECO, Comfort, Sport y Perso (personal). Cada uno de ellos con una iluminación interior personalizada y cada uno de ellos varía la respuesta del motor, del cambio o la dirección según sean los parámetros, aunque no hay mucha diferencia entre ellos.
Entre los botones de los brazos del volante, existe uno con el que podemos cambiar la apariencia de la instrumentación digital y la información que percibimos. La pantalla de esa instrumentación digital es de 12,3" y, a pesar de estar bastante expuesta los rayos solares y demás, su contraste es bastante bueno y no se producen reflejos incómodos.
En el centro hay un asidero peculiar para que podamos apoyar la mano y poder actuar sobre la pantalla táctil del equipo de infoocio de 12". También la hay de 9" pero en las versiones menos equipadas (no era nuestro caso). Sus menús son fáciles y la transición entre los mismos es bastante fluida. El equipo de infoocio se denomina OpenR y, probablemente, estemos hablando de uno de los mejores sistemas operativos del momento.
Debajo de esa pantalla del equipo de infoocio nos encontramos con mandos físicos para el sistema de climatización bizona. Consta de unos pulsadores bastante grandes y fáciles de activar. No hay ruletas de por medio, pero como es tan sencillo, no es necesario. De todas formas, sea como sea, se agradece que Renault haya decidido montar el equipo independiente de la pantalla del equipo de infoocio.
De todas formas, nuestra unidad de prueba se sitúa en un término medio de la gama, pero con el acabado Techno podemos adquirir el paquete estético Esprit Alpine, que además de esos atractivos aditamentos que lo hacen tan deportivo, cuenta con un equipo de serie soberbio como navegador, control de velocidad de crucero con limitador, climatizador bizona, lector de señales de tráfico, sensor de presión de neumáticos, apertura eléctrica del portón del maletero, instrumentación digital, equipo de infoocio con pantalla táctil de 12", instrumentación digital, ordenador de a bordo, cámara trasera de ayuda al aparcamiento, llantas de 20", luces LED, sensores de luces y lluvia, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, modos de conducción Multi Sense, aviso de cambio involuntario de carril, asistente de arranque en pendiente, alerta de fatiga del conductor, iluminación ambiental interior, apertura y arranque sin llave o Start/Stop de serie, entre otros muchos elementos.
El motor que montaba nuestra unidad era un 1.3 de combustión con ayuda de un motor eléctrico para las circunstancias más peliagudas. Generaba 160 CV y un par máximo de 270 Nm, con el que era capaz de conseguir el 0-100 Km/h en 9,7 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 175 Km/h, consumiendo una media de 6,1 l/100 Km homologado por la marca y asociado a un cambio automático de 7 relaciones.
Es un motor con baja cilindrada y mucha potencia, así que los más reacios lo van a criticar, lo sé. Pero hay que tener en cuenta que la técnica avanza, que son más compactos para ajustar los consumos, ya que existen normas y esas cosas y es tan potente porque un vehículo actual con menos de 150 CV no anda mucho, y menos con este peso y esta configuración.
Como veis, el motor eléctrico no puede mover al coche por sí mismo, sino que está de apoyo al motor de combustión en las aceleraciones más contundentes y para contener un poco los consumos totales, amén de actuar para arrancar con frugalidad en los semáforos, por ejemplo.
Es un vehículo a la antigua usanza, con la salvedad de que tiene un pequeño apoyo eléctrico, pero es el motor de combustión el que lleva todo el "peso" del vehículo.
Me gustó mucho, tanto estética, como dinámicamente, además de su amplitud general en todas sus cotas y su nivel de tecnología. Es un vehículo pesado y voluminoso, pero enseguida nos hacemos a él y a su conducción. Hay otros modelos, más potentes y altos de gama que tienen dirección a las cuatro ruedas y hacen que sea muy sensible en los cambios de apoyo.
Nuestra unidad era un paso intermedio y, aunque la dirección se nos mostrase directa, no tenía esa sensibilidad que podrían tener los modelos con la dirección en las cuatro ruedas. El esquema de suspensiones nos muestra un compromiso ideal entre confort y dinamismo, pero sin llegar a ningún extremo. No obstante, contiene muy bien las posibles derivas de la carrocería en los cambios de dirección.
Por último, debo decir que, en general, es un coche en el que predomina el silencio de rodadura, pero en autovías o autopistas, sí que se dejan notar algunos ruidos aerodinámicos procedentes del exterior. No son ruidos molestos, pero sin duda, en un coche moderno, no son especialmente normales.
Con luces y, algunas sombras, el Renault Austral, y más con este acabado de cierto talante deportivo, su habitabilidad, su tecnología, su buen rodar y su mecánica con un motor eléctrico de apoyo (en este caso) colmará las expectativas de un número muy amplio de posibles clientes, con gustos muy diferentes, pero que van a encontrar en el producto de la marca gala un punto de acuerdo.
Motor: 1.3
Potencia: 160cv
Vel Máx: 175 Km/h
Acel 0-100: 9,7 seg
Cons: 6,1 l/100 Km
Precio: Desde 37.500 euros (unidad probada)
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