Opel Ampera. Un adelantado

Sin duda, hay automóviles que se adelantan a su tiempo, que aportan soluciones que no son comprendidas en su época pero que anticipan avances tecnológicos y de concepto en el mundo del automóvil. El Opel Ampera-e es uno de ellos. Ya hablamos sobre sus peculiaridades y os vamos a hablar ahora de los avances que introdujo en su tiempo y que ahora están muy de moda.

En apariencia, se trataba de una berlina que podría competir en el segmento C, con 4 plazas, 4,50 metros de longitud, 310 litros del maletero y un diseño moderno (para gustos) y aires deportivos. No obstante, la sorpresa estaba en su interior.

Y es que a principios de la década pasada, el automóvil eléctrico era un producto de nicho. Los puntos de recarga públicos y privados eran (aún) más escasos que en la actualidad y el gran miedo de los conductores era quedarse "tirados" en pleno trayecto y sin ninguna electrolinera en los alrededores (como ahora, vamos). Se trabajó también la velocidad de carga, ya que su batería de 60 kWh podía llenarse al 100% en 4 horas.

El Opel Ampera-e lograba la cuadratura del círculo, uniendo una autonomía eléctrica de entre 55 Km y 60 Km con un motor gasolina que actuaba como generador si el marcador de kilómetros restantes llegaba a cero. Recurre a las mismas tecnologías que los actuales modelos híbridos enchufables del Grupo Stellantis, como el Opel Astra PHEV, pero dando todo el protagonismo a la propulsión “cero emisiones”.

El peso principal de mover el Opel Ampera-e hasta los 110 Km/h recaía en un motor eléctrico de 151 CV, que proporcionaba un par de 370 Nm instantáneo y en todos los regímenes. Junto a él, y también asociado a la batería, existía un motor eléctrico de 73CV auxiliar que, además podía generar energía.

Si la autonomía eléctrica se terminaba, entraba en acción el motor gasolina 1.4 de 86 CV. Este propulsor no tomaba las riendas del Opel Ampera-e, sino que funcionaba como un generador más, para alimentar la batería y proporcionar energía a la cadena de tracción eléctrica principal. El reparto de tareas estaba gestionado por una caja de cambios automática con tres embragues.

El Opel Ampera-e venció en el prestigioso certamen “Coche del Año en Europa” en 2012. Sin embargo, el público aún no estaba preparado ni estaba dispuesto a pagar un precio alto para un vehículo de su segmento, aunque luego se han vendido varios en el mercado de segunda mano, donde está ganando una creciente popularidad por su fiabilidad, su confort, sus prestaciones y la ventaja de contar con la etiqueta “0” de la DGT.

No es una mala alternativa en el mundo actual, aunque habrá que tener presente el tema de las baterías.