Prueba: Audi Q5 55 TFSIe S-Line
Una máxima que debéis tener en cuenta en la vida, es que nunca os debéis fiar de las apariencias. Esa máxima se puede emplear en muchas circunstancias y por supuesto, en el caso de nuestra prueba de hoy también.
¿Por qué digo esto?. Pues porque debajo de una apariencia convencional y de un Audi Q5 "mundano" como el que estáis viendo en las imágenes, se esconde todo un auténtico SUV deportivo con, nada más y nada menos que, 367cv de potencia. Además es uno de esos vehículos híbridos enchufables que tanto se llevan ahora y que, a priori, podría no gustarles a los más "petrolheads". Pero la verdad, es uno de los Audi más sorprendentes con los que me he topado en los últimos tiempos.
De su imagen exterior poco podemos decir que ya no sepáis o podáis percibir por las fotos. Hablamos de un Q5 muy conocido entre todos nosotros, sin ningún tipo de distinción, distintivo o aditamento deportivo que lo haga distinguirse de cualquier otro componente de la gama con cualquier otra mecánica.
De hecho, si no nos fijamos en su nomenclatura en la parte trasera nos resultará imposible saber que estamos hablando de la versión híbrida-enchufable del superventas alemán. Sigue teniendo esa imagen característica, con 4,66 metros de longitud, una altura libre al suelo considerable y toda la tecnología punta disponible en pos del confort y la seguridad de sus ocupantes.
En este caso no nos vamos a detener en su impacto e imagen exterior porque, como hemos dicho, es de sobra conocido por todos los que estáis leyendo el artículo, pero sí que vamos ha empezar haciendo una reseña y comentario sobre su interior y habitabilidad para que lo tengáis en cuenta o por si queréis adquirir un SUV con estas características.
Su capacidad del maletero es de 395 litros y accedemos a él por medio de un gran portón con accionamiento eléctrico y que nos permite una boca de carga bastante amplia, aunque con el perfil situado bastante alto. No es un maletero espectacular, aunque está bien aprovechado gracias a un espacio diáfano, pero su capacidad se ve mermada por la posición de la batería que está situada bajo el piso. No obstante es una capacidad correcta para el equipaje de 4 ocupantes (si no es mucho).
Accedemos a las plazas posteriores y observamos una buena habitabilidad en todas las cotas. Bueno, el asiento de en medio es más estrecho y se ve mermado también por la voluminosidad del túnel central, que esconde la trasmisión a las ruedas posteriores. También existe una consola desde la que podemos regular la climatización de esas plazas y que limita aún más a esa plaza central. De todas formas, en los asientos laterales, nos encontramos con una situación muy correcta y en la que no acusaremos falta de espacio vital en ninguna de sus cotas y además, podemos reclinar el respaldo de esos asientos de manera independiente, por lo que se suman muchos puntos en cuanto a confort en los viajes más largos.
Delante nos reciben unos suntuosos asientos revestidos en cuero y con algunas regulaciones eléctricas. Disponen de extensores en la parte delantera para adaptarse a todo tipo de medidas y para favorecer siempre el confort de marcha tanto del conductor como del acompañante. La postura de conducción la encontramos muy fácil gracias a los múltiples reglajes tanto del asiento como del volante y es realmente buena ya que nuestra posición es un tanto erguida y más natural, además de que por altura, estamos en un ratio de privilegio respecto a los demás usuarios de la vía.
Ante nosotros, observamos un cuadro de mandos conocido, con plásticos de buena calidad, de buen tacto y muy bien ajustados entre si. Todo está situado a mano y no encontramos ningún resquicio que nos obligara a desviar la vista de la carretera más de la cuenta.
La información que percibimos del cuadro de relojes era muy amplia y sencilla de interpretar, aunque llegado a este punto, he de deciros que estuvimos probando una unidad preserie y en nuestro caso ese cuadro era analógico, siendo el Virtual Cockpit de serie en todas las unidades del Q5 55 TFSIe. No obstante, la información que percibíamos era muy completa, solo que ahí ya nos encontramos diferencias con cualquier Q5 convencional.
El marcador de lo que, en condiciones normales, sería el de las revoluciones por minuto, disponemos de un indicador que nos muestra cuándo, cómo y de qué manera se utiliza la carga eléctrica, cuándo se utiliza el motor de combustión y la recarga que realizamos con las frenadas regenerativas o nuestras reducciones a la batería. Es un marcador muy sencillo de interpretar y casi hipnótico si nos quedamos mirándolo.
Al lado, no nos encontramos lo que, en teoría, debería ser el indicador de la temperatura del agua del radiador, sino que es el indicador de la carga que le queda a la batería. De todas formas no os preocupéis, porque el ordenador de a bordo nos indicará en kilómetros, lo que nos queda de autonomía eléctrica, de autonomía combinada o de autonomía y consumos del motor de combustión y así, es mucho más sencillo de hacernos una idea de cómo queremos circular con nuestro Q5 híbrido.
El indicador de velocidad está a la derecha, con un marcador que se dispara hasta los 300 Km/h (toda una declaración de intenciones) y en el centro, vemos la pantalla correspondiente al ordenador de a bordo con una información sublime que podemos elegir desde uno de los mandos del volante multifunción. Ese cuadro tiene una visión espectacular y no acusa reflejos incómodos que podemos tener por las incidencias de los rayos solares. Vale, lo probamos un día triste y sin sol, pero a pesar de que nuestra unidad de pruebas contaba con techo solar panorámico, no percibíamos ningún tipo de atisbo de reflejo incómodo sobre el cuadro de relojes.
En el centro y en una posición de privilegio, nos encontramos con la pantalla del equipo de infoocio, que en nuestro caso era de 7 pulgadas y no era táctil, así que la debíamos manejar desde el "touchpad" situado entre los dos asientos delanteros. Ese "touchpad" simplificaba las órdenes sobre los sistemas más utilizados como el navegador o el sistema de audio, por ejemplo, aunque hay que acostumbrase a su utilización. Una vez adaptados, su funcionamiento es simple y muy cómodo.
La pantalla del equipo, denominado MMI, tiene unas grafías muy atractivas y una visión excelente de todos sus menús. Desde ahí podremos ver diferentes equipamientos del vehículo como el navegador, algunos parámetros del ordenador de a bordo e informaciones del coche a tiempo real o la cámara trasera de ayuda al aparcamiento. Debajo nos encontraremos los mandos del climatizador tri-zona y más abajo, en forma de teclado y bastante accesible, algunos botones que actúan sobre el funcionamiento del conjunto y el los que nos detendremos un poco.
Para empezar disponemos del botón denominado Drive Select, con el que podemos elegir el modo de funcionamiento del vehículo y según las circunstancias de nuestra conducción en ese momento. El sistema actúa sobre la respuesta del motor y el cambio, la dureza de la dirección y en el caso de montar la suspensión neumática adaptativa (no era nuestro caso), también lo hace sobre la suspensión. Podemos elegir entre seis parámetros: Offroad, Dynamic, Auto, Efficiency, Comfort e Individual.
Al lado, tenemos el botón correspondiente a la elección de circular tan sólo con la energía eléctrica, aunque por medio de los menús disponibles, podemos elegir entre tres situaciones para el funcionamiento de nuestro Q5 Hybrid. Además de poder ir siempre en eléctrico, da igual a la velocidad que vayamos, pero sin emitir ni un ápice de contaminación a la atmósfera; podemos elegir si vamos en modo híbrido, en el que el propio ordenador del coche es el que elige cual es el mejor sistema para circular según las circunstancias o bien, podemos guardar la carga de la batería para más adelante, modo pensado por si tenemos que viajar y queremos utilizar la propulsión eléctrica cuando lleguemos a nuestro destino.
Sea cual sea nuestra elección, tenemos una batería de 14,1 KWh, que acumula más de 40 Km de autonomía para que podamos circular tan sólo en modo eléctrico, que alimenta a un motor de 143cv con 350 Nm de par máximo, que es capaz de impulsar por si solo al Q5, lo que le hace valedero de portar la etiqueta 0 de la DGT.
La batería está situada en una posición retrasada (de ahí su limitado maletero) y se recarga por medio de un enchufe. En una toma doméstica, tardaría unas 6 horas (según la marca) y en una toma de carga rápida estaría al completo en unas 2,5 horas. También se regenera por medio de las frenadas, las cuestas o el motor, aunque sinceramente, la capacidad de regeneración no me pareció especialmente efectiva en esas circunstancias, así que mejor llevarlo cargado si se puede.
El motor de combustión es un 2.0 TFSI con 252cv y 370 Nm de par máximo y está asociado a un cambio automático de 7 relaciones. En total y en conjunto, ambos grupos de propulsión arrojan 367cv y unos descomunales 500 Nm de par sobre el asfalto y lo hacen impulsando a las cuatro ruedas, ya que esta unidad y con los dos motores, tiene la contrastada tracción integral quattro. Me parece un auténtico "matagigantes" con una apariencia dócil.
Por su parte el equipamiento, a pesar de ser una unidad de preserie, estaba muy bien e incluía navegador, equipo de infoocio MMI con pantalla de 7 pulgadas y touchpad, ordenador de a bordo, lector de señales de tráfico, techo solar panorámico, climatizador tri-zona, tapicería de cuero con asientos delanteros con ajustes eléctricos, asistente de cambio involuntario de carril, aviso de vehículo en ángulo muerto, sensores de aparcamiento delanteros y traseros con cámara de ayuda trasera, llantas de 19 pulgadas, asistente de arranque en pendientes, Drive Mode con 6 opciones, control de velocidad de crucero adaptativo, Audi Pre Sense, faros LED adaptativos y luces intermitentes traseras dinámicas, detector de fatiga, llamada de emergencia y asistencia, iluminación ambiente, acceso y arranque sin llave, portón trasero eléctrico o Start/Stop entre otras cosas.
Si hablamos de rendimiento, qué decir... Hablamos de un auténtico SUV deportivo que además, puede moverse de la manera más limpia y ecológica durante más de 40 Km y que tiene una potencia conjunta realmente espectacular. Eso sí; su apariencia es extremadamente discreta, por si no queréis "dar la nota" con un SUV extremadamente poderoso.
Sus prestaciones máximas nos dejan con la boca abierta ya que alcanza los 240 Km/h de velocidad punta y hace un 0-100 Km/h en tan sólo 5,3 segundos, lo que es digno de cualquier deportivo al uso que se precie. Pero lo más interesante es su consumo homologado por la marca, ya que si sabemos conducir de una manera coherente, podremos alcanzar los 2,3 l/100 Km y no visitar una gasolinera durante mucho tiempo. Eso sí, si tenemos que "tirar" del motor de combustión, lo lógico es que tengamos unos consumos que se aproximen más a los 7,5 u 8 l/100 Km.
Dinámicamente hablando, no deja de ser un SUV al uso y es especialmente cómodo para realizar largos trayectos por carreteras de todo tipo con el mayor confort posible. Las suspensiones son de tarado blando y absorben muy bien cualquier tipo de imperfección del asfalto que nos encontremos en nuestro camino y la dirección es muy directa, precisa y comunicativa. Las prestaciones totales se perciben muy claramente, ya que si nos encontramos con un tramo despejado y pisamos con energía el pedal del acelerador, el motor eléctrico y el de combustión se alían y son capaces de dejarte los ojos en el cogote si es necesario...
Cuando se ponen serias las cosas y circulamos de forma "ligera" por una carretera revirada y con el asfalto roto, tendremos un plus de seguridad activa gracias a la tracción total permanente y el dinamismo en la conducción forma parte del ADN de cualquier producto de la marca de los cuatro aros; pero la envergadura y la masa del Q5, hacen más que evidente la inclinación de la carrocería en los virajes más cerrados o tomados a cierta velocidad. No nos produce ni provoca nunca ninguna sensación de inseguridad, pero mejor ir un poco más "tranquilos" en un puerto de montaña y disfrutar del viaje.
Por su parte, el sistema de frenos es impresionante y muy eficiente a la hora de detener el conjunto. Igual no son tan efectivos a la hora de regenerar energía y trasladarla a la batería, ya que tardan bastante en recargar un 1% en una conducción normal. Pero como os habíamos indicado, si queréis consumir poco y aprovechar las enormes capacidades del motor eléctrico, mejor tener la batería cargada desde casa.
Fuera del asfalto, tenemos a un SUV muy capaz, con un modo de conducción específico OffRoad, que incluye control de descensos en pendiente y una gran altura respecto al suelo. Pero si, como en nuestro caso, disponéis de ruedas muy orientadas al asfalto, es tontería que intentéis hacer vuestros "pinitos" en el campo, que no sean circular por caminos en buen estado y poco más.
Sin duda, el nuevo Q5 55 TFSIe es una versión muy apetecible. Con él, tenemos todas las ventajas y virtudes de llevar un gran SUV de carácter premium, con un equipamiento completo, un confort y ergonomía espectaculares y una potencia específica muy impresionante, además de poder circular sin emitir ningún tipo de emisiones a la atmósfera durante más de 40 Km (más que suficiente en una utilización diaria), lo que nos permitirá ajustar muchísimo los consumos finales y nos ofrecerá las ventajas fiscales y de circulación que tendríamos con un vehículo eléctrico puro, aunque con la salvedad de que el Audi Q5 55 TFSIe no nos dejará nunca "tirados".
Es una gran alternativa que entra de lleno en un segmento muy demandado y que, a buen seguro, atraerá a muchos potenciales clientes que busquen imagen, equipamiento, ergonomía, potencia y efectividad en un mismo conjunto.
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