Lo demás es historia: Citroën GS Camarghe
Durante décadas, Citroën custodió celosamente los proyectos de su propio Centro de Diseño, apoyándose siempre en el efecto sorpresa para el lanzamiento de cada uno de sus coches y sin colaborar nunca con diseñadores externos, al menos hasta 1972, cuando se presentó un “dream car”, realizado por el diseñador italiano Nuccio Bertone sobre la base del Citroën GS, que solo llevaba dos años en el mercado. Pero Citroën siempre ha tenido modelos muy innovadores como el Citroën DS "Tiburón", pero eso ya es otra historia. Hoy hablaremos del original y espectacular Citroën GS Camarghe.
El GS era fruto del grupo de trabajo de Robert Opron, que entró a trabajar en la marca a principios de la década de 1960 como asistente de Flaminio Bertoni, que dirigió el Centro de Diseño desde finales de la década de 1920 hasta 1964, año de su jubilación. Opron se había encargado ya de algunos proyectos como el rediseño del AMI6 (que se convirtió en AMI 8), el del coupé SM, con motor Maserati o el de la berlina Citroën de los años 70 y 80; el CX.
El GS era una berlina media de cuatro puertas y cinco cómodas plazas dotada de suspensión hidroneumática, cuatro frenos de disco de alta presión con limitador automático en el eje trasero en función de la carga y de su reparto, una precisa dirección de cremallera y un confort y un comportamiento en carretera típicamente Citroën. Uno de los puntos fuertes del GS era la carrocería, diseñada por primera vez con ayuda de un ordenador y extremadamente aerodinámica y fluida.
Respecto a sus rivales contemporáneos, el GS era innovador y sabía distinguirse por diferentes aspectos. Tenía un diseño moderno y disponía de un gran maletero, regular y fácilmente accesible gracias al umbral de carga variable y muy bajo y a los parachoques traseros integrados en la portezuela que se elevaban cuando se abría para facilitar la carga. Ofrecía cinco comodísimas plazas, mecidas por la suavidad de la suspensión hidroneumática. La dirección específica también filtraba las irregularidades de la carretera para proporcionar a los ocupantes un gran confort a bordo. Por su parte, la habitabilidad del GS era excepcional con relación a sus compactas dimensiones y la percepción de espacio a bordo se amplificaba todavía más gracias a la integración del volumen del maletero.
Un motor de cuatro cilindros refrigerado por aire, brillante en sus prestaciones y cuya cilindrada se incrementó con los años hasta 1.300 c.c. permitía al GS (y al posterior GSA) alcanzar 150 km/h de velocidad máxima. Así era el Citroën GS, punto de partida perfecto para desarrollar un nuevo proyecto de diseño.
La empresa Carrozzeria Bertone, fundada en 1912 por Giovanni Bertone y desarrollada por su hijo Nuccio, tenía su sede cerca de Turín, en Italia, y realizaba diseños de automóviles de prestigio para numerosas marcas de todo el mundo. El GS Camargue fue el resultado de un reto: desarrollar, a partir del GS, un biplaza deportivo con el intento, nada disimulado, de mostrar al fabricante francés de lo que era capaz la empresa de diseño capitaneada por Nuccio Bertone. El diseñador que se ocupó materialmente del proyecto fue Marcello Gandini (sí, el responsable más tarde de coches firmados por Lamborghini, por ejemplo) que empezó a trabajar en este “dream car” entre finales de 1970 y los primeros meses de 1971 y que pudo finalmente presentarlo a la marca en 1972.
Para bautizar el proyecto puesto a punto por el equipo de diseñadores de Bertone, la inspiración llegó del propio GS y más concretamente del lugar donde fue presentado a la prensa en 1970. La ambientación elegida para el evento fue la región francesa de la Camarga, célebre por sus salinas por las que corren en libertad grandes grupos de caballos blancos. De ahí llegó la elección del nombre de Camargue.
El GS Camargue, un coche perfectamente funcional, se presentó en 1972 en dos de los salones más importantes de Europa, el de París y posteriormente el de Londres obteniendo un gran éxito en ambos. Con el GS Camargue, el equipo de diseño consiguió desarrollar un coupé compacto que ponía de manifiesto el estilo moderno y aerodinámico del GS del que partía el proyecto.
Las líneas fluidas del GS Camargue le conferían una notable mezcla de elegancia y dinamismo y la altura libre al suelo, claramente más baja que la del GS, daba al GS Camargue una posición de conducción más deportiva. El frontal se caracterizaba por su diseño innovador, con líneas geométricas cuadradas muy regulares. Muy aerodinámico, el perfil de la carrocería era fluido y regular, subrayado por la línea continua del techo que confluía en una luneta trasera muy inclinada. La parte trasera se distinguía por los grupos ópticos que se extendían por toda la anchura de la carrocería formando un alerón aerodinámico y por la luneta de cristal muy grande y de líneas curvas integrada en el portón practicable, una especie de innovadora cápsula acristalada que permitía una visión completa del interior. De esta manera, el espacioso y luminoso habitáculo ofrecía una habitabilidad óptima para dos ocupantes gracias a sus envolventes asientos y por su parte, la suspensión hidroneumática garantizaba un confort excelente y, al mismo tiempo, un impecable comportamiento dinámico.
Algunos años más tarde, la colaboración con la Carrozzeria Bertone se mantuvo cuando, en 1978, Nuccio Bertone fue invitado por Citroën a presentar una propuesta para el sustituto del GS, en aquel momento en el cénit de su éxito, pero que la marca proyectaba reemplazar al cabo de entre cuatro y seis años. El proyecto se encargó de nuevo a Marcello Gandini, que con todo aquello que había aprendido con el GS en el ámbito de la construcción técnica y el estilo de Citroën, propuso una reedición del prototipo “Tundra” de Bertone, originalmente un coupé, al que se le añadieron dos puertas más y un portón trasero. Nació así el proyecto XB que, en 1982, dio origen al heredero del GS: el BX, primer Citroën de serie cuyo diseño fue externo al Centro de Diseño de la marca. La colaboración entre Citroën y Bertone prosiguió de manera fructífera en los años siguientes con la creación de los XM, ZX, Berlingo y Xantia, además del prototipo Zabrus sobre la base del BX 4TC, una especie de heredero virtual del Camargue.
Hoy, el GS Camargue forma parte de la colección histórica de Bertone y se expuso en el stand de Citroën en el salón Rétromobile de París de 2019, con ocasión del centenario de la marca.
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