Lo demás es historia: 50 años del Seat 127

En 1972, un coche llegó para marcar un antes y un después en la movilidad. Hablamos del Seat 127, que nació con la idea de sustituir al veterano Seat 850 y tenía un cierto aire de coupé deportivo. Con más de 1,3 millones de unidades vendidas, se convirtió en el best-seller histórico de la marca hasta la llegada del incombustible Seat Ibiza, que tras cinco generaciones aún ostenta este título acumulando más de 6 millones de unidades.

A la vanguardia del diseño, con 3,59 metros de longitud y llantas de 13",era un coche muy amplio, con un aprovechamiento récord del espacio y que rivales de otras marcas intentarían igualar. Hacía gala de unas compactas dimensiones que lo convertían en un vehículo manejable en ciudad y cómodo en carretera. Pese a sus reducidas proporciones, el habitáculo del 127 era realmente amplio.

Fue el primer exponente del segmento B, que dio paso a otra manera de usar los coches. Destinado a un público joven, el 127 estaba disponible en cinco colores e incorporó por primera vez un portón trasero para aumentar la capacidad de carga. De hecho; en la versión inicial de dos puertas, una tapa de maletero clásica situada bajo la luna trasera daba acceso a su amplio maletero de 325 litros. También era destacable el capó envolvente sobre las dos aletas, su línea lateral ascendente hacia la zaga, la ausencia de algún tipo de marco en los faros, que emergen directamente de la chapa pintada en la carrocería, o los esbeltos parachoques cromados desprovistos de ninguna clase de protección o adorno.

Entre las distintas carrocerías de 2, 3, 4 y 5 puertas que fueron apareciendo a lo largo del tiempo, no hubo, prácticamente, elementos estéticos que las diferenciaran. Tanto es así que las versiones de 2 y 3 puertas tan solo se distinguían por la luna trasera, fija en el 2 puertas, cuyo acceso al maletero era a través de una convencional tapa bajo dicha luna, mientras que en el de 3 puertas se mejoraba al incorporar un portón, además de contar con un asiento trasero abatible, viendo así ampliada de manera notable su capacidad de transporte.

En 1972, la interacción con el exterior dependía únicamente de las lunas y ventanillas. En el 127 estaba enfatizada gracias a su ancho parabrisas rectangular, que favorecía la visibilidad y aportaba luminosidad al interior.

También fue el primer Seat en incorporar cinturones de seguridad de tres puntos y el primero con tracción delantera, lo que aportó seguridad y facilidad a la conducción, siendo uno de los componentes más seguros de la época.

No podemos olvidar que una de las grandes innovaciones en la iluminación del 127 fueron sus faros rectangulares, dejando atrás las ópticas redondas de modelos anteriores. Así se obtuvo una mayor eficiencia lumínica y un aspecto más moderno, siendo uno de los avanzados de su época y su segmento.

La mecánica inicial procedía de Italia y era un 903 cm3 que generaba un máximo de 47 CV de potencia que le otorgaba unas prestaciones dignas de coches de mayor cilindrada, a la vez que unos reducidísimos consumos en cualquier tipo de circunstancias.

Más tarde, con diferentes generaciones y carrocerías, además de para los acabados y equipamientos más amplios, se incorporó el motor de 1010 cm3, que contaba con 52 CV de potencia y fue íntegramente diseñado en Martorell.

Se mantuvo en producción hasta 1982 que fue sustituido por el Seat 127 Fura que a su vez, más tarde se vería sustituido por el más moderno Seat Ibiza, ya bajo dominio del Grupo Volkswagen.