Lo demás es historia: V12 de Lamborghini
El V12 de Lamborghini es una de las mecánicas más longevas de la marca de deportivos, aunque ese ciclo ha llegado a su fin en favor de las mecánicas híbridas y eléctricas y por eso, entendemos que tiene que tener un homenaje como se merece, ya que ha motorizado a la firma durante muchas décadas.
El motor V12 atmosférico ha estado en el corazón de Lamborghini desde 1963; de hecho, hasta la fecha sólo se han producido dos diseños diferentes. El primero, concebido por Giotto Bizzarrini, era prácticamente un motor de competición "civilizado" para su uso en carretera. Debutó en el primer Lamborghini, el 350 GT. El segundo motor, diseñado desde cero pero con los principales conceptos técnicos inalterados, se introdujo en el Aventador que se lanzó en 2011.
El primer motor fue objeto de un importante número de modificaciones y evoluciones a lo largo de su vida útil, con el fin de ofrecer una mayor potencia y, más tarde, reducir considerablemente el consumo de combustible y las emisiones.
Entre 1963 y 2010, el motor se utilizó en diferentes posiciones. Al principio estaba montado en la parte delantera en el 350 GT, 400 GT y el Espada. Se desarrolló utilizando aluminio para reducir el peso a 232 kg. Posteriormente, el motor se utilizó en una disposición central trasero, girado 90º a una orientación transversal en el Miura. Después, a partir del Countach, se giró otros 90º a una posición longitudinal trasera-media para ayudar a equilibrar la distribución del peso.
A medida que aumentaba el tamaño, se hizo cada vez más necesario reducir el peso del motor. Con este fin, se introdujeron nuevos materiales y nuevas tecnologías para rebajar el motor en el chasis. En la actualidad, el V12 es el corazón de los Lamborghini Aventador, Sián y Countach LPI 800-4, así como del Essenza SCV12, el coche de circuito en el que rinde 830 CV.
Desde sus inicios, el motor V12 ha sido considerado el más refinado y prestigioso de los propulsores, más aún desde que se montaron en Lamborghini. Bizzarrini creó un V12 que debía dar a la empresa la oportunidad de entrar en el mundo de las carreras. En su lugar, Ferruccio Lamborghini optó por convertirlo en un motor de producción.
Tras el 350 GT y sus derivados, el V12 se montó en el Miura en 1966, el Countach en 1971 y el Diablo en 1990 antes de encontrar su ubicación definitiva en el Murciélago. La versatilidad del motor quedó demostrada cuando los ingenieros montaron un 5.2 a versión en el LM 002, el primer super SUV de Lamborghini. También se fabricó una versión muy especial y única del LM 002, con un motor 7.2 V12 y 700 CV que, actualmente, suele utilizarse en las embarcaciones de competición.
En el caso del Lamborghini Miura, se optó por la disposición transversal trasera del motor central para lograr una mejor distribución del peso y acortar la distancia entre ejes del coche. La caja de cambios y la carcasa del diferencial se integraron en la cadena cinemática, lo que contribuyó a hacer más compacto el conjunto general.
Con vistas a mejorar aún más la distribución del peso del Countach, el equipo de diseño utilizó el mismo motor, pero lo reubicó en posición central trasera y lo giró 90º más, básicamente 180º en comparación con el primer 350 GT y montaron la caja de cambios delante del motor. En su versión final, la cilindrada del Countach había aumentado hasta un 5.2. Con el modelo de 1986, el V12 montado en el Countach también se homologó en el mercado estadounidense. Este hito se consiguió gracias a la inyección electrónica, que sustituyó a los carburadores en los mercados donde la normativa anticontaminación era más estricta.
En 1985 se empezó a trabajar en el desarrollo del V12 como preparación para su uso en el nuevo Diablo, que debutaría en 1990 con una cilindrada aumentada a 5.7 y 492 CV. En su versión VT presentada en 1993, el Diablo fue el primer modelo de Lamborghini en estar disponible también en versión de tracción a las cuatro ruedas. El Diablo SV-R, por su parte, fue creado para competir en el Trofeo Super Sport, que debutó en las 24 Horas de Le Mans de 1996. En total, 32 Diablo SV-R participaron en el que fue el mayor programa de carreras de Lamborghini antes del campeonato Super Trofeo inaugurado en 2009.
El Diablo GT, el primer Diablo en incorporar los rasgos de estilo de la segunda generación, introdujo importantes mejoras técnicas en el motor. Este cambio fue tan significativo como futurista, teniendo en cuenta que una tecnología similar se ha integrado en el nuevo Huracán GT3 que competirá en 2023.
Con la adquisición, por parte de Audi de una participación mayoritaria de Lamborghini, se inició un periodo de cambios radicales. Bajo la nueva propiedad, se adoptó un enfoque diferente para la evolución del V12. De conseguir una gran potencia, se pasó a centrar la atención en la eficiencia para cumplir las normativas cada vez más estrictas.
Un ejemplo es el del Murciélago, con un motor 6.2 V12 que rendía 580 CV. Se actualizó en 2007 con una cilindrada aumentada a 6.5 y era capaz de generar 670 CV. Además, el coche era 100 kg más ligero y el motor, mejorado en varias áreas.
Por otra parte, el motor del Aventador se presentó en 2011, con un 6.5 y una potencia de 690 CV. Después se modificó para el LP 700-4 en 2013, el LP 750-4 en 2015 y el Superveloce en 2016. Con la llegada del SVJ en 2019, la potencia del motor aumentó a 759 CV, y en el Ultimae de 2021, el último de los Aventador de calle, a 780 CV.
El mismo motor se monta también en el Essenza, un coche exclusivo para circuito que no está sujeto a las limitaciones de la homologación para uso en carretera. Ahora, el motor alcanza los 830 CV, una auténtica maravilla de la ingeniería moderna.
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