Lo demás es historia: 60 años de Alfa Romeo Giuletta Spring
Obviamente, yo no lo he conocido y era otra época más amable, sobre todo, en el mundo de la automoción. Con 60 años a sus espaldas, el Alfa Romeo Giulietta Sprint sigue dando que hablar tanto por su estilo rompedor como por sus prestaciones y por las innovaciones que aportó en su época. Puede decirse que se trata del primer Alfa Romeo de la era moderna, al estrenar la fabricación en serie y el trabajo con carroceros como Bertone o Ghia desde el inicio y no a posteriori, una vez ensamblado el chasis. Además, abandona la nomenclatura numérica que se había utilizado hasta la fecha para elegir un nombre evocador, como Giulietta, que se mantiene en nuestros días.
Con esta denominación, se rendía homenaje a la heroína de la tragedia de Shakespeare, se realizaba un juego de palabras con el nombre de la marca y se respondía a la crítica que había realizado Madame De Cousandier, esposa del poeta Leonardo Sinisgalli, que observó que entre los directivos de la marca de aquella época había “muchos Romeos, pero ninguna Julieta”, un guiño a la época actual, ¿o no?.
Si los jóvenes retoños de los Montescos y los Capuletos vivieron un amor apasionado en la Verona medieval, los aficionados al automóvil sintieron un auténtico flechazo al descubrir el Alfa Romeo Giulietta Sprint. Sus líneas redondeadas, elegantes y aerodinámicas conquistaron a los asistentes al Salón del Automóvil de Turín de 1954, que realizaron 700 pedidos durante el certamen. Todo un éxito para un vehículo que se planteó inicialmente como un “showcar”.
Además de por su estética, el Alfa Romeo Giulietta Sprint rompió moldes por su estrategia comercial. Por primera vez, la marca italiana lanzaba una familia de automóviles empezando por la versión deportiva y no por la berlina, a priori, la silueta con mayores ventas.
Fue un espectacular deportivo 2+2 con una línea compacta, limpia y versátil, que sabía conjugar la aerodinámica y la deportividad, con aspectos más prácticos, como el espacio interior, ya que las dos plazas traseras lo son “de verdad” y pueden acoger a dos adultos. El interior era lujoso y con unos detalles muy dinámicos, como el cuadro de instrumentos en el que los tres indicadores redondos que formaban un llamativo triángulo bajo la visera del salpicadero.
El motor era un 1.3 con 4 cilindros en línea que desarrollaba inicialmente 65 CV, aunque su versión más conocida es la de 80 CV, que era capaz de alcanzar los 166 Km/h. Fue la primera mecánica en incorporar, de serie, un doble árbol de levas de aluminio. Este material se emplearía, además, en el bloque motor y la culata con el objetivo de mejorar el peso hasta los 850 Kg.
Con más de 34.000 unidades vendidas en sus distintas variantes, el Alfa Romeo Giulietta Sprint fue un modelo clave para cimentar el éxito de la marca durante los años del “Milagro Económico”. Supo conquistar a una clase media-alta emergente por aquellos años, que lo convirtieron en sinónimo de la “dolce vita” y la elegancia del diseño italiano.
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