Prueba: Mazda CX-80 3.3 E-Skyactiv D Exclusive-Line
Vale, no os lieis. Realmente este Mazda tiene unos acabados que, a priori, no se corresponden con lo que os dirán en las concesiones, pero Inline 6 que reza en sus laterales, corresponde a que el conjunto lleva un motor con 6 cilindros en línea. Probamos el Mazda CX-80 con el acabado Exclusive Line.
En la misma semana tuvimos la fortuna de probar el Renault 5 E-Tech, coqueto y divertido pero "pequeño" y el Mazda CX-80, el otro extremo de la balanza con casi 5 metros de envergadura, con un maletero enorme, la posibilidad de albergar hasta 7 personas, con mucha clase y, debo reconocerlo, excelente para viajes largos pero bastante voluminoso para la ciudad. De hecho; tuve que dar marcha atrás en calles estrechas para maniobrar bien porque no cabía.
No me entendáis mal; es un buen coche, con mucha tecnología en su haber, seguro, bien acabado, unas mecánicas poderosas y una dirección muy precisa, pero está más orientado a lugares amplios que a sitios estrechos como los que tenemos en Europa en las ciudades. Si puedo elegir (que no) me quedaría con un Mazda CX-60 que también pasó por nuestras manos y es más acorde (por tamaño) a ser un coche para todo.
Básicamente el CX-80 es muy similar al CX-60, pero más largo, más capaz, más versátil y con la posibilidad de albergar 7 ocupantes (el CX-60 no). Cambia un poco el diseño de la zona delantera.
Nos encontramos una gran parilla con unos nuevos faros de tipo LED flanqueándola de nuevo diseño, pequeños, pero que le dan una iluminación y una presencia poderosa. Esos faros son inteligentes y si lo activamos no sólo se encienden en momentos de oscuridad, sino que cambian ellos solos de luces largas a cortas para no deslumbrar al resto de los usuarios. El paragolpes delantero también es muy profuso y en los laterales nos encontramos sendas hendiduras que canalizan el aire frontal hacía los laterales para mejorar su aerodinámica general, sus consumos, su estabilidad y, obviamente, ayuda a mejorar rendimiento de un motor tan grande.
En el lateral, por supuesto, observamos una longitud más grande que en CX-60, concretamente, tiene 4,99 metros y en las aletas delanteras, unos embellecedores con la nomenclatura Inline 6 que nos indica el motor que monta. También tenemos una altura libre respecto al suelo de algo más de 16 cm, ya que no debemos olvidar que estamos hablando de un vehículo con tracción total (no es todoterreno como tal). Tiene unas llantas de 20", montadas en neumáticos muy orientados al asfalto.
Detrás tenemos una imagen muy parecida a lo que podemos conocer del CX-60, con un paragolpes grande pero en una buena posición para dejarnos abrir el gran portón trasero, con tecnología eléctrica y unos faros de tecnología LED, bastante alargados y en una buena posición elevada para que los vean el resto de conductores. Antes de abrir el gran portón del maletero, que nos deja una buena boca de carga para colocar nuestros enseres, he de decir que, parece moda, la luneta trasera me pareció pequeña y, obviamente, el limpiaparabrisas trasero también.
Cuando se descubre el cofre de carga descubrimos un enorme maletero de 687 litros muy aprovechable y muy "cuadrado". Pero en el piso hay dos correas de tela que cuando tiramos de ellas, nos descubren dos asientos supletorios, con el mismo tapizado que el resto, dejándonos un maletero de 258 litros. A ver, son asientos cómodos, con posavasos en los laterales, diferentes conectores para cargar smartphones, ganchos, sus cinturones de seguridad y demás, pero mejor utilizarlos de forma puntual y no de continuo. Hombre; esos asientos vienen muy bien y son amplios, pero en momentos circunstanciales, ya que para hacer un viaje largo en esas plazas, los usuarios estarían un poco "hartos". Son cómodos y tienen cierto espacio disponible, pero es un SUV, no es un monovolumen y eso se nota.
También es un poco "coñazo" acceder a esas plazas, ya que a pesar que la segunda fila de asientos tiene una movilidad sublime para facilitarnos la tarea, no es del todo cómodo el tener que estar replegando los asientos una y otra vez de forma continuada.
Contando que tenemos la tercera fila de asientos escondida, el maletero que nos deja es enorme y además, en uno de sus laterales, podemos observar hasta una toma eléctrica de 220V para enchufar el aparato eléctrico que queramos.
La segunda fila de asientos de manera natural, destaca por, además de ser cómodos y estar perfectamente tapizados, tener un acceso fácil y una vez sentados, podemos regularlos en desplazamiento, inclinación, además de tener bastante espacio disponible en cuanto a anchura, respecto a nuestras cabezas y espacio para las rodillas.
Como curiosidad, también tenemos en el centro, además de conectores para nuestros smartphones, un display para poder regular la temperatura en la zona trasera y cortinillas despegables de privacidad para las ventanillas posteriores.
Delante, nos reciben unos asientos confortables con múltiples regulaciones para encontrar la postura de conducción idónea y una vez sentados, disponemos ante nosotros de un volante multifunción desde el que podemos activar diferentes elementos de equipamiento de uso habitual.
Detrás del volante, nos encontramos con instrumentación digital, que podremos configurar parcialmente. La información que nos ofrece es excelente y siempre tendremos tres relojes de información disponibles, pero cuando modificamos los modos de conducción además de indicarlo en el centro del cuadro, desaparece momentáneamente el reloj que marca la velocidad en el centro y cambia de diseño y color todo el cuadro.
Generalmente es un coche muy sobrio y todo funciona a la perfección, pero hay algunas concesiones a la fantasía aunque sean mínimas. Los modos de conducción varían el tacto de la dirección y la respuesta del motor y se diferencian entre tres. Tenemos el modo normal, por defecto, el modo Sport y el modo Off Road, que se pueden seleccionar por medio de un pulsador situado delante del selector del cambio.
Proyectado sobre el cristal también tenemos la información que nos traslada el HUD del cuadro de mandos, además de ciertas informaciones adicionales como las que provienen del navegador, sin la necesidad de tener que desviar la mirada de la carretera. La verdad es que me pareció muy legible y uno de los más claros y nítidos que he visto últimamente.
En el centro, sobreelevada, tenemos la pantalla del equipo de infoocio de 12,3" que no es táctil, sino que se maneja y regula desde una ruleta giratoria bastante grande situada entre los dos asientos delanteros, detrás del selector del cambio. Es bastante fácil de activar y podemos movernos por los diferentes menús disponibles de una manera ergonómica.
Desde esa pantalla podemos ver, además de los diferentes menús, las imágenes de las diferentes cámaras, que son perimetrales dado el tamaño del conjunto y una de ellas, que me gustó mucho, una cámara delantera que además nos proyecta lo que podemos encontrarnos debajo de las ruedas frontales para evitar accidentes absurdos, el giro de las ruedas y un radar de proximidad.
Debajo de esa pantalla tenemos los mandos correspondientes a la climatización que, obviamente, es bizona para las plazas delanteras (recordemos que para la parte de atrás tenía un regulador de temperatura independiente) y para no "gastar" recursos, podemos desactivar a nuestro antojo el climatizador para las plazas traseras desde nuestra posición.
Hubo una cosa que me llamó mucho la atención y es que, precisamente el clima, se activaba sólo y a una velocidad determinada, cada vez que me montaba en el coche. Era, como si me leyese la mente de antemano y se activaba sin que yo tuviera que hacerlo, algo que se agradecía mucho teniendo en cuenta las gélidas temperaturas que sufrimos esa semana por las mañanas. También era de agradecer que el agua de los limpiaparabrisas estaba previamente calefactada, evitando así que el agua se congelara cuando sale y proporcionándonos una visión frontal excelente en todo momento.
En la base del salpicadero, contábamos con un hueco para dejar nuestro smartphone y que se cargue por inducción compatibles con los protocolos Android Auto y AppleCar Play que pertenecía al conjunto situada entre los dos asientos que incluía el botón de selección de los modos de conducción, el selector del cambio automático, la ruleta de manejo del menú de infoocio y una tapa que escondía sendos posavasos.
En esa consola tenemos dos botones adyacentes. Uno es para visionar las diferentes cámaras con las que cuenta en vehículo y otro es el botón del control de descensos, que es bastante poco probable que lo usemos alguna vez, pero ahí está. Regula la velocidad del conjunto automáticamente cuando afrontamos una pendiente sin que tengamos apenas que hacer nada ni sobre el motor, ni sobre los frenos, sólo tendríamos que manejar el volante.
Todo el salpicadero tiene unos acabados notables, unos excelentes ajustes entre piezas y un tacto espectacular, algo que es seña de identidad de la marca y que poco o nada tiene que envidiar a otras marcas que se suponen más premium.
Nuestra unidad de pruebas era la más básica, pero ya tenía un equipamiento sublime como climatizador trizona, navegador, llantas de 20", lector de señales de tráfico, regulador de velocidad de crucero, pantalla del equipo de infoocio de 12,3", HUD, volante multifunción, modos de conducción, control de velocidad de descensos, cámaras perimetrales, luces delanteras y traseras de tipo LED, luces inteligentes, que cambian de cortas a largas de forma automática, sensores perimetrales, sensores de luces y lluvia, portón trasero de apertura eléctrica, alerta de cambio involuntario de carril, control de presión de neumáticos, alerta de fatiga del conductor, asistente de arranque en cuesta, levas de cambio en la columna de dirección, cortinillas de privacidad traseras, control por comandos de voz, apertura y cierre de puertas sin llave, arranque por botón o llamada de emergencia entre otras muchas cosas. Los otros acabados más lujosos tiene el mismo equipo de serie, pero cuentan con diferencias como los asientos de cuero, el equipo de audio Bose o el techo solar, entre otras cosas, pero la base es la misma.
También tenemos dos motorizaciones disponibles y pasó por nuestras manos la versión diésel con una pequeña batería que lo convertía en un vehículo híbrido. Diésel e híbrido, es una combinación muy poco utilizada, pero como Mazda va a contracorriente de los demás, tampoco es descabellado pensar en esa combinación.
En total disponemos de 254 cv, con los que podremos conseguir una aceleración de 0-100 Km/h en 8,4 segundos y alcanzar una velocidad máxima de 220 Km/h, consumiendo una media homologada en ciclo combinado de 5,7 l/100 Km de combustible. No llegaremos ni de coña a esos consumos tan frugales, pero sí que es cierto que disponiendo de tracción total, un motor muy grande y un peso de más de 2.000 kg, además de su gran envergadura, sus consumos no se disparan demasiado y en una conducción "normal" sólo consumiríamos 2 litros más aproximadamente.
La compenetración del motor diésel y una pequeña batería, hace que esos consumos sean bastante contenidos, a pesar de que la mecánica térmica tenga 3.3 litros de cilindrada. No se enchufa y la batería es bastante pequeña, situada en los bajos del conjunto para favorecer una mayor estabilidad y un mejor reparto de masas, además de no mermar el espacio interior.
Esa batería nos permite ciertos "chutes" de energía en momentos puntuales, una circulación eléctrica pura cuando circulamos despacio, arranques más suaves... lo que le hace portador de la etiqueta ECO de la DGT con todas las ventajas que ello conlleva. Se recarga por medio del motor, no existen frenadas regenerativas ni nada por el estilo.
Está asociado a un cambio automático de 8 relaciones y en la columna de dirección disponemos de dos levas con las que podremos actuar manualmente sobre ese cambio. Las transiciones entre marchas son imperceptibles y no se nota ningún tipo de tirón incómodo cuando se sube o se baja alguna marcha. Tampoco se escucha mucho el sonido del motor desde el interior del habitáculo.
Dinámicamente hablando, es un coche excelente para afrontar largos viajes con toda la comodidad del mundo. A pesar de que cuenta con levas detrás del volante, no es un coche deportivo, ni mucho menos, es un coche muy espacioso y confortable, que cuenta con dos plazas supletorias para momentos de "emergencia".
No es "peligroso" ni mucho menos y el aplomo que nos ofrece es sublime, además de que la dirección es bastante directa, pero el esquema de suspensiones de tarado tirando a "blando" y su longitud y peso, hacen que el conjunto se incline de más en las curvas más cerradas si vamos haciendo el "cabra".
Debido a su envergadura, peso y tamaño, no es un conjunto para afrontar un puerto de montaña a "tumba abierta", a pesar de que tenga un motor potente. Es un vehículo para disfrutar de un viaje largo con comodidades propias de nuestras casas.
Es amplio, está bien acabado y rematado, es potente, es frugal, tiene mucha tecnología disponible (aunque no alardea de ello) y tiene algunas "cosillas" que atraerán a potenciales clientes. El acabado se lo dejaremos a su antojo. Y es que Mazda es una marca de las denominadas "generalistas", pero tiene muchos alicientes y pequeños detalles que lo aproximan, y mucho (si no superan) a marcas denominadas "premium".
Datos técnicos
Motor: 3.3 diésel + batería (híbrido)
Potencia: 254cv
Vel Máx: 220 Km/h
Acel 0-100: 8,4 segundos
Consumos: 5,7 l/100 Km
Precio: Desde 56.750 euros (versión probada)
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